Sucesión en el gobierno: ¿quién sucederá al consejero?

La sucesión en la empresa familiar es un proceso duro y complejo que hay que afrontar a diversos niveles: en la propiedad, en la gestión y en el gobierno. Como en cualquier proceso, la preparación no asegura un final feliz, pero aumenta las posibilidades de éxito.

Como explicamos en el libro 30 años de preguntas con respuesta, la sucesión ofrece la oportunidad de parar, tomar aire y replantearse una serie de cuestiones que permitirán fortalecer los cimientos del proyecto empresarial y prepararlo para una nueva etapa de crecimiento.

En lo que respecta a la sucesión del gobierno corporativo, y concretamente al consejo de administración, es aconsejable establecer unas reglas claras que garanticen el buen funcionamiento de este órgano de gobierno a través de las generaciones. Un buen punto de partida es concretar la edad límite para ser consejero. En paralelo, conviene planificar tanto la salida del predecesor como la entrada del sucesor.

Pensemos ahora en cómo preparar el retiro de un consejero de edad avanzada. Tiempo antes es recomendable iniciar un proceso de sensibilización que facilite la cesión del puesto en el consejo cuando llegue el momento. Es de gran ayuda planificar también la salida a nivel económico, pues saber que el plano económico está bajo control dará una gran tranquilidad al que se vaya a retirar. Por otra parte, saber que existe un buen candidato o candidata a sucederle, con el perfil apropiado, voluntad y disponibilidad, también le ayudará a dar el paso.

Al sucesor le será de gran ayuda contar con un programa de formación que le prepare para desempeñar las funciones de consejero cuando sea necesario. También diseñar un plan de incorporación es útil: en los últimos años se ha puesto muy de moda ofrecer coaching a los futuros consejeros con el fin de acompañarlos en este proceso. Todas estas medidas son de utilidad, pero hay que ser consciente de que se hace camino al andar. De la misma forma que no se puede aprender a nadar sin meterse en el agua, por muchos manuales de natación que se lean, tampoco se puede aprender a ser consejero antes de incorporarse a un consejo.

Una de las obsesiones del nuevo consejero será seguramente aportar valor desde el primer día, algo que será más factible si el consejo cuenta con sistemas de reporting establecidos y canales de comunicación a través de los cuales los consejeros tengan toda la información necesaria para desempeñar adecuadamente su cargo.

Tener en cuenta todos estos aspectos no es garantía de una sucesión exitosa en el gobierno de la empresa familiar, pero reduce los riesgos que supone la ausencia de planificación, como decía al principio del post.