Debo a mi colega del IESE Guido Stein una frase de Peter Drucker que me hizo pensar: «Una sociedad industrial basada en la corporación [aquí diríamos en la empresa] solo puede funcionar si la corporación contribuye a la estabilidad social y a la obtención de fines sociales, independientemente de la buena voluntad o de la conciencia social de los directivos individuales de la corporación».
He puesto énfasis en la idea de que no basta la buena voluntad o la conciencia social de las personas. Los que trabajamos sobre temas de ética de la empresa solemos acabar nuestros discursos diciendo «y esta actuación o política era no ética», queriendo significar que «personas éticas no hubiesen cometido ese error». Y ya está.
No: no está. Tenemos muchos ejemplos de personas éticas que llevan a cabo conductas no éticas, no porque se dejan arrastrar por la tentación (que también), sino porque se mueven en estructuras que ocultan la realidad ética de los problemas, que condicionan sus motivaciones o sus incentivos (exigiendo heroísmo para resolver de manera correcta problemas que deberían ser corrientes) o, en definitiva, que hacen difícil la adopción de decisiones moralmente correctas. Por tanto, bueno es que haya personas éticas tomando decisiones, pero debemos cuidar también de cómo las estructuras, organizaciones y sistemas de incentivos lo hacen posible (o no).
Y otro argumento más: las personas pasan. Y después de un directivo ético puede venir otro no tan ético que, si no se encuentra suficientemente «conducido» por las estructuras e incentivos, acabará destruyendo la labor de su antecesor.
El problema a veces, es del que llega, debe «arreglar» los disturbios y perversiones del anterior, que solo ha buscado su propia beneficio economico y patrimonial! .
Cuantos saben que tras 4/5 años marcharan para dejar a otros la labor?
He y has conocido a muchos que su ética a brillado por la ausencia, sobre todo a partir del tercer año!