Lecciones de (falta de ética) bancaria

El Financial Times de hoy contiene unas cuantas piezas que son un buen caso de ética (o de falta de ética) en una institución bancaria. La noticia (también recogida en la prensa española) es que Barclays ha aceptado pagar una multa de 450 millones de dólares para zanjar una investigación por la manipulación de las cifras de los intereses del Libor. Esos intereses se fijan por acuerdo entre los bancos que llevan a cabo las grandes operaciones, de acuerdo con el tamaño de esas operaciones y los tipos cobrados o pagados. Lo que la investigación ha puesto de manifiesto (ya hace meses) es que algunos de esos bancos manipulaban las cifras, para no dar la imagen real, sino la que les interesaba a ellos. Barclays es solo la punta de iceberg; hay otros bancos en el affaire, más de 20.

En una entrada reciente (aquí), hice notar que la corrupción es no tanto un problema de directivos inmorales, cuanto uno de culturas empresariales que fomentan o, al menos, permiten la corrupción. Este puede ser un caso manifiesto. El editorial del Financial Times denuncia que «los banqueros implicados han traicionado una confianza pública importante (…). Y lo hicieron para ganar dinero, y para ocultar al resto del mundo el verdadero coste de la financiación». Añade que este caso «dice mucho sobre la cultura podrida de Barclays». Y recuerda unas palabras de Bob Diamond, el CEO de Barclays: «‘Es difícil definir la cultura’ explicó, ‘pero para mí la evidencia de la cultura es cómo se comporta la gente cuando nadie la ve’. Bueno, ahora ya lo sabemos», concluye el editorial.

No es una manzana podrida, sino el cesto de un banco y, como el problema se extiende a otros muchos bancos, parece que es el cesto del sector en su totalidad (aunque seguro que hay alguna entidad que se salva). «Es un tema de cultura y de moralidad«, dice el editorialista. Y un lector, en una carta al periódico, se maravilla de que, después de tantos desaguisados en el sector financiero, «ni un solo miembro del consejo o director general ha presentado su dimisión». Finalmente, Gillian Tett, la aguda comentarista financiera del Financial Times, abunda en estas ideas, y señala que «la historia del Libor no es una rareza». Llueve sobre mojado.

Todos acaban pidiendo más regulaciones y sanciones. No seré yo quien no los pida, pero me gustaría señalar que, como decía en otro post hace unos días, los controles y las sanciones no resuelven esto. Hace falta mejorar el nivel ético del sector. Un directivo corrupto es un mal directivo. Punto. Y, por tanto, su consejo de administración tiene que despedirlo. Y si el consejo no lo hace, es que el consejo también es corrupto. Y entonces son los accionistas los que tienen que despedir al consejo. Y si no lo hacen ellos, lo debe reclamar la sociedad. Porque, como acaba el editorial ante mencionado, «puede que sea necesario retirar a esta generación de líderes viciados».

 

One thought on “Lecciones de (falta de ética) bancaria

  1. Esta claro que la cima de la pirámide está podrida, pero ¿que podemos hacer para mejorar el nivel ético del sector financiero?. Estaría bien, que alguien entendido en finanzas y/o leyes, hiciera un manifiesto. Un compendio de acciones que podemos llevar a cabo los ciudadanos para no seguir beneficiando a este sistema viciado, como es el caso del libro de Gene Sharp, «de la dictadura a la democracia» que ofrece ideas reales, 198 metodos de resistencia no violenta, para que la sociedad ponga en practica y conseguir derrocar al gobierno dictatorial. Puede verse en el documental, basado en ese libro, «como empezar una revolución», los gobiernos que han caído aplicando sus métodos. Algo así contra nuestro sistema financiero nos hace falta.

    Un saludo

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