Me ha gustado el artículo de Clive Crook en el Financial Times de hoy, titulado «Economic growth is not a race to the moon» (El crecimiento económico no es una carrera a la luna»).
- Digan lo que digan los políticos y los periodistas, la buena marcha de la economía de un país no depende de si crece más aprisa o más despacio que otros países. Me parece que los suizos, que viven bastante bien, no se preocupan mucho de si crecen más o menos que los italianos, los austríacos o los alemanes.
- La competitividad no es lo que nos hará felices. En todo caso, la productividad sí. El nivel de vida mejora cuando mejora la productividad.
- Y no tiene sentido hacer comparaciones de productividad. Los alemanes son más productivos que los españoles, porque detrás de cada puesto de trabajo tienen un volumen de capital físico (máquinas), humano (formación), tecnológico y organizativo mucho mayor que el nuestro. Pero no por eso se venden peor nuestros productos, si los ofrecemos a un precio suficientemente bajo. No todos los coches han de ser BMW: se puede ganar mucho dinero, crear muchos puestos de trabajo y mejorar mucho el nivel de vida fabricando utilitarios.
Los rankings entre países son muy útiles para vender periódicos, pero no para hacer política económica.