Copio dos párrafos de un artículo de Orhan Pamuk, titulado «El debilitado sueño de Europa», en el The New York Review of Books del pasado 10 de febrero (verlo aquí en inglés; la traducción es mía):
«Los pobres, los parados, los indefensos de Asia y África que están buscando nuevos lugares para vivir y trabajar no pueden seer excluídos de Europa de manera indefinida. Muros más altos, restricciones más estrictas sobre los visados y más barcos patrullando en las fronteras sólo retrasarán el día del juicio final. Y, peor aún, las políticas contra la inmigracióin, los policías y los prejuicios están destruyendo ya los valores centrales de lo que Europa fue«.
«Si Europa se quiere proteger a sí misma, ¿qué debería hacer? ¿Mirarse a sí misma, o recordar sus valores fundamentales, que hicieron de ella, hace tiempo, el centro de gravedad del mundo de los intelectuales?».
Esto es complicado, un mundo donde todos puedan ir a todas partes no se si es viable. Si todos africanos los que quisieran venir a España viniesen los organismos publicos se colapsaria ademas del trabajo. No todos cotizarian pero si que usarian el sistema de sanidad y demás subiendo el coste del contribuyente. Siempre se tiene que buscar el punto medio
Gracias, Etnos. Yo no pensaba aquí en la inmigración libre, sino más bien en la necesidad de repensar nuestras políticas de inmigración. Ahora lo que hacemos es lo que Pamuk critica: restricciones en los visados, barcos patrullando,… Esto no da resultado, aunque tranquiliza a los políticos y a la población. ¿No sería mejor establecer una política de inmigración clara, y hacerla cumplir?