No os había presentado todavía el Comentario mensual de abril de la Cátedra ‘la Caixa’ de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo. Se titula «¡Y la empresa más socialmente responsable es…!» (verlo aquí). Sí, el título quiere recordar el resultado de los concursos televisivos. Porque, a ratos, la Responsabilidad Social (RS) parece eso: un concurso, o un desfile de belleza.
Cada uno tiene derecho a promover su RS por las vías que quiera. Pero me parece poco serio que los expertos y las instituciones dedicadas a difundir, promover y aplicar la RS lo hagan mediante concursos o rankings. Bien está que se premie a los niños que se portan bien, pero en el caso de las empresas el estímulo para comportarse responsablemente debería ser otro.
El Comentario recoge ideas de un artículo de Malcolm Gladwell en The New Yorker de febrero de este año, sobre los rankings de universidades norteamericanas. El argumento que desarrollo es que, cuando se deben combinar muchas variables, los rankings son arbitrarios y, probablemente, injustos. «Los rankings no son benévolos», dice Gladwell, sino que «consagran una ideología particular».