Excelente artículo de Aristóbulo de Juan en Expansión hoy (lo siento, no está en la parte de acceso libre al público en la web del periódico). Se titula «El banco malo: ¿Solución o artificio?» Todos los artículo de de Juan me encantan por su claridad y su precisión. Éste también.
Un banco malo es un banco en el que se acumulan los activos «malos» de un banco o caja en dificultades. La idea es crear una entidad que acumule todos los activos dudosos (hipotecas que difícilmente se cobrarán, créditos morosos, inmuebles cuyo valor está cayendo) y algunos activos buenos, de modo que se asegure que el banco malo no tendrá pérdidas importantes. De este modo, todos los activos buenos quedan en el banco bueno, para que los inversores se vean incentivados a participar en el banco bueno. Hay buenas experiencias sobre los bancos malos: Suecia en la crisis financiera de los años 90, el FDIC en Estados Unidos desde hace cerca de un siglo, el Fondo de Garantía de Depósitos en España,…
Pero el proyecto tiene muchos puntos débiles. Los bancos malos que han funcionado eran financiados por el sector público, mientras que ahora lo que se propone es que lo haga el sector privado. De Juan formula unas cuantas objeciones que, supongo, habrán tenido en cuenta los directivos de las cajas que hablan ahora de crear un banco malo. O no las habrán tenido en cuenta. «La situación creada, dice de Juan, podría asemejarse a un escenario en el que una familia decide encerrar la basura de su vivienda en uno de sus cuartos, en tiempo de huelga de recogida». Bueno, me dirá el lector, esto es una solución, al menos a corto plazo. De acuerdo, siempre que alguien venga al cabo de los días a llevarse la basura acumulada. ¿Quién se hará cargo del banco malo, al cabo de los años? Sí, ha acertado usted: los gestores de nuestras instituciones financieras están pensando, sin duda, en el Estado. O sea, en los sufridos contribuyentes.
Como dice de Juan, «la fórmula proyectada puede dañar la transparencia y demorar indebidamente la amortización de los activos malos, aumentando así las pérdidas latentes». Con otras palabras: ¿por qué no agarran el toro por los cuernos y se deciden a aclarar la verdadera situación de sus balances?
Un banco malo, es una idea perversa, en tiempos de de beneficios todos los bancos y cajas tienen dueños o almenos sabían a quien repartir las ganacias…. En tiempos de pérididas, el Estado o sea todos ¿nos hemos de hacer cargo? Esto es injusto, es inmoral, inaceptable, increible… la teoría del mal menor es una falacia. Ninguna empresa tiene que estar exenta de quebrar. Sino que se lo digan a los 350.000 empresas que han cerrado desde el 2009 y en consecuencia los millones de parados.