Suelo guardar papeles antiguos, por si un día me sirven. Y hoy ha caído en mis manos un artículo de Paco Sánchez en Nuestro Tiempo, de marzo-abril de 2009. Se titula «Gente que espera», y no lo he encontrado en su blog (blogs.lavozdegalicia.es/pacosanchez), aunque hay un par de entradas relacionadas con el artículo que menciono. Se refiere a un libro de Andrew Anthony, El desencanto. Copio un par de párrafos. Uno se refiere a la pérdida de la cohesión social: «lo que pretendía ser un ‘vive y deja vivir’ como aceptación de la diferencia se ha convertido, tras años de pensamiento débil, en un ‘vive y deja morir’ que lo que demuestra es la indiferencia».
Y cita un caso que vivió Andrew: cómo intervino para detener una agresión de diez chicas adolescentes a otra, a la que dejaron con la cara desfigurada con un trozo de botella. Y explica la pasividad de los que presenciaron la escena: «Estaban esperando que la sociedad cambiara, que se convirtiera en menos injusta, que la distribución de la riqueza fuese más equitativa para que la violencia callejera despareciera como por ensalmo. Estaban esperando que las escuelas mejorasen, que construyesen más centros para jóvenes y mejores viviendas. O estaban esperando a la policía, la policía que tenía que estar en todas partes y a todas horas, pero que también tenía que mantener un perfil bajo. O tal vez estaban esperando a otra persona, a cualquier persona distinta de ellos mismos. Y cierra: ¿Qué valores nos unen si pensamos que la protección de los ciudadanos más vulnerables no es nuestra responsabilidad?»
Me he acordado de los indignados.
Totalmente de acuerdo, si todos esperamos, jamàs cambiarà nada de nada……y todos, siempre, seguiremos esperando….seguramente ha llegado el momento de la acciòn social.