Estamos sufriendo un periodo de convulsiones en los mercados por el problema de la deuda soberana griega, irlandesa, portuguesa, española, italiana,… Quisiera hacer unas precisiones.
El problema es parecido al de una empresa que no puede pagar sus deudas. Puede deberse a falta de liquidez (no tiene dinero para pagar sus deudas ahora), o a insolvencia (sus pasivos son mayores que sus activos). Los países mencionados antes tienen un problema de liquidez: sus deudas van venciendo, y los que solían prestarles ya no lo hacen. Si el día en que vence el saldo de tu tarjeta de crédito no tienes dinero en el banco, corres el riesgo de que te quiten la tarjeta, te declaren moroso y nadie te quiera prestar. Claro que puedes acudir a usureros, que cobran tipos de interés muy altos, pero con eso, probablemente, has acelerado la carrera hacia el precipicio. También puedes vender tus activos (por ejemplo, privatizando tus empresas públicas) pero en un momento en que los mercados están muy turbulentos esta puede ser una mala solución. Hay que hacerlo, claro: si no puedes pagar tu hipoteca, vende tu plaza de garaje, y quizás también tu coche. Pero, claro, te estás empobreciendo a marchas forzadas.
Es probable que Grecia ya sea insolvente: cada día está más claro que el volumen de sus deudas seguirá creciendo, y no podrá pagarlas. En el caso de Italia o de España, el problema no parece ser éste. Pero puede serlo, y muy pronto. Volvamos al ejemplo de la empresa solvente pero a quien nadie le quiere prestar a corto plazo. ¿Qué puede hacer? ¿Vender sus activos? Sí, debe hacerlo: pero se está descapitalizando. ¿Despedir empleados? Sí, lo hará, pero se estará destruyendo a sí misma. Al final, la empresa desaparecerá, porque la comprará alguien, o porque cerrará sus puertas. Pero un país no tiene esta solución: Grecia puede vender sus islas a los tour operadores extranjeros, pero al final seguirá teniendo que sobrevivir, con sus ciudadanos, sus hospitales, sus escuelas, sus carreteras, sus jubilados que esperan cobrar las pensiones,… Ahora estamos aplicando a Grecia la estrategia que usamos para la empresa que no puede pagar: vender sus activos, reducir sus gastos,… Pero, al final, Grecia no puede desaparecer, como la empresa en quiebra.
Esto quiere decir que, en el caso de los países, la estrategia ante una posible insolvencia no puede ser la misma. Y esto es algo que tendremos que plantearnos. Echo en falta un debate sereno en Europa sobre estos temas.
como siempre sus artículos muy clarificadores, también para los que no somos expertos en economía. Un cordial saludo
Muy acertado el análisis. Ya hubo un artículo de un colega tuyo, Antonio Nunez que explicaba la conveniencia de ver a los estados como empresas para plantear correctamente los objetivos socio-económicos. En la UE, el error es que no hay debate porque no interesa sacar a relucir que los grandes bancos, germanos y franceses sobre todo, han jugado unas bazas poco ética de doble apuesta – compra-venta de deuda soberana de los países y apuestas swap en CDS’s en contra de esos mismos países. Mientras se toleren esas prácticas, el asunto seguirá teniendo a todos en vilo.
Ya estamos al borde del abismo (o hemos caído en él sin saberlo). Y ahora, ¿qué? Todos claman por medidas urgentes, pero a debería tomarlas se le ha pasado el tiempo de hacerlo y que venga tardará demasiado en llegar. Ahora, ¿qué?
Pues a pensar con serenidad, ¿no? Mal no irá, dado que llevamos cuatro años poniendo parches…