Hace unos días leí en un periódico, no recuerdo cuál, un artículo en que se lamentaba de la proliferación del mileurismo. Lo que quiero añadir ahora son dos cosas:
- El mileurismo ha llegado para quedarse. Somos más pobres, hemos perdido nuestra capacidad de seguir creando riqueza y empleo al ritmo de hace unos años, de modo que tenemos que reducir nuetro nivel de vida. Olvidémosnos de los salarios altos durante algunos -bastantes- años.
- Pero, al lado de los mileuristas están los salarios, elevados y aun crecientes, de otros muchos. La distribución de la renta se está haciendo más desigual. Y esto crea problemas graves, sobre todo de tipo social. Si no somos capaces de hacer frente a este problema, el conflicto está servido.
Estoy de acuerdo con las dos afirmaciones. Pero -tal y como están las cosas- no hay remedio. Se van a asentar las desigualdades de renta y el bienestar va a recortarse. Vamos a una ampliación del tercer mundo, a base de ver crecer ambientes y colectivos sociales depauperados, junto a guettos de privilegio inalcanzables de ricos, políticos y famosos. Y el conflicto no se producirá o será aislado, como lo están los pobres vergonzantes que cambian de barrio para ir a Cáritas. No vaya a ser que pierden el poco subsidio que les llega.