El título de la noticia del Diario Siglo XXI es «RSC. La UE avanza hacia la contratación pública responsable» (verla aquí). Explica que el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado un Dictamen sobre Contratos Públicos en Europa, sobre la inclusión sociolaboral de personas con discapacidad.
«No es eso», digo en el título de este post, por tres razones. Primera: la Responsabilidad social corporativa (RSC) es mucho más que eso. Una empresa puede no ser socialmente responsable, aunque cumpla el porcentaje señalado por la ley sobre la presencia de esas personas en su plantilla, y otra puede ser socialmente responsable aunque no tenga discapacitados entre su personal. La RSC no consiste en cumplir la ley. Y si las empresas no cumplen la ley, que se tomen las medidas oportunas.
Segunda razón: con noticias como esta podemos convertir la RSC en un conjunto de prácticas bien intencionadas, pero, en el fondo, muy poco responsables. Si cada grupo de interés consigue su trocito de éxito en las decisiones de la Unión Europea, o de los gobiernos nacionales, dirigir una empresa se puede convertir en una enorme carrera de obstáculos si, por ejemplo, se añaden listados de cosas que las empresas deben hacer, o se recomienda vivamente que hagan (a cambio de mayores puntuaciones en los contratos públicos). La RSC, me parece, es sobre cómo dirigir bien una empresa, no sobre cómo resolver los problemas de la sociedad.
Y esto me lleva a la tercera razón: si convertimos a la RSC en un conjunto de trabas (impuestos las llaman los economistas, en el sentido amplio del término), estamos dando argumentos para los que piden que se desmantelen esas trabas cuanto antes, por razones de eficiencia y para salir de la crisis.
Perdón si me ha salido un poco malhumorado este post. Pero, por favor, tomémonos en serio lo de la RSC.
En los últimos tiempos todo el mundo está interesado en coger la RSC, atraparla en una jaula con agua, para después exponer a ratos la criatura.
Tenemos algo exótico, que gusta tanto a la Unión Europea, como a los Gobiernos, las Comunidades Autónomas y todo tipo de Administraciones Públicas y todos la quieren tanto, que llegarán a matarla a besos, pero desde la distancia.
Personalmente echo en falta el cariño de verdad y de cerca, de todas estas organizaciones por la Gestión Responsable y la mejor manera de demostrar su amor, es implantarla con rigor hacia adentro, antes de lanzarla al mundo y que la devoren.
Es para enfadarse profesor…..
Como me ha gustado el malhumorado post, estoy completamente de acuerdo y un poco «hartita» de que se intente identificar RS con: filantropía, mecenazgo, acción social, patrocinios, … y se olvide que la RS significa gestionar de modo RESPONSABLE. Es decir, teniendo en cuenta que si lo hago bien lo tiene que ser para todos los demás grupos de interes (modo resumen).
Mil gracias profesor!