El 22 de junio publiqué un post titulado «Clases de (mala) economía» (enlace aquí), en el que lamentaba que se ofreciesen cursos de economía en los colegios e institutos, a costa de materias y temas mucho más importantes. Josep Soler, Director general del Institut d’Estudis Financers, me envió una carta puntualizando algunas de mis afirmaciones; publico algunos párrafos de esa carta, con mi agradecimiento por su confianza:
«La alfabetización financiera tiene unas peculiaridades y una justificación que me temo sería injusto hacer recaer sobre ella la crítica general a nuestro sistema educativo (…) Una constatación: la educación financiera no busca diferenciar usos de tarjetas bancarias o saber definir productos financieros, busca facilitar y reponsabilizar a los individuos en su búsqueda de salud financiera; busca mejorar su calidad de vida intentando evitar o disminuir episodios de sobreendeudamiento, el mal uso del ahorro, la falta de previsión para la jubilación, no cubrir los riesgos y en general busca que los ciudadanos sepan enfrentrse con mayor base a lo largo de su ciclo vital, a la economía y las finanzas personales».
«Es pues un tema comúnmente considerado como prioritario en el mundo desarrollado y que empieza a despertar algún interés en las administraciones españolas y en algunas entidades privadas con mayor atención a la responsabilidad social (…) Hace más bien poco tiempo se firmó el Plan Español de Educación Financiera entre el Banco de España y la CNMV al que después se han adherido muchas otras entidades. Algunos de los primeros resultados es un portal, creo que bien planteado: ‘Finanzas para todos’ y unos cursos piloto del Ministerio de Educación que en Cataluña gestionamos nosotros (Institut d’Estudis Financers) y que era el origen de la nota de prensa que daba pie a tu post. Son, junto a otras iniciativas (algunas las puedes consultar en nuestro portal www.educaciofinanciera.cat) unos primeros intentos de avanzar en un camino en el que vamos a la cola».