En mi último artículo en El Periòdico insisto sobre la necesidad de recuperar el crecimiento económico («La clave es crecer», aquí). Invoco la autoridad de un financiero, que decía hace poco que «esta crisis no empezará a solucionarse hasta que la zona euro, y en particular sus países periféricos, hayan conseguido unas tasas de crecimiento satisfactorias». Y doy unas cuantas razones por las que hay que recuperar el crecimiento: la creación de empleo, que no tendrá lugar, de manera sostenida, hasta que recuperemos un crecimiento decente; la sostenibilidad de nuestro Estado de bienestar, que todos necesitamos, y que depende de la capacidad de generar ingresos para el Estado; y también la estabilidad financiera en el corto plazo, porque hay que tranquilizar a los mercados y, como dice el financiero mencionado antes, no lo conseguiremos mientras no vea que se normaliza la vida económica en nuestro país. O sea, mientras no volvamos a crecer a aquellas tasas decentes a que me refería antes.
Pero el crecimiento no es fácil. La exportación puede mantener la olla hirviendo, pero no nos dará de comer a todos durante mucho tiempo. El consumo está gravemente afectado por el endeudamiento de las familias: olvidémonos de una rápida recuperación de la capacidad de gasto de nuestros hogares. Y el gobierno tampoco tiene capacidad de gasto.
Nos quedan, pues, las empresas. «Y aquí -digo en mi artículo- me gustaría llamar la atención al lector sobre cómo han reaccionado muchas empresas (aunque no todas) ante la crisis: han reducido sus gastos, han gestionado más o menos bien sus morosos, han mejorado su eficiencia y ahora están en condiciones de prepararse para dar el salto adelante». Y me pregunto: «si la demanda no crece, ¿pueden crecer las [inversiones de las] empresas? Sí, si encuentran un ambiente de confianza (¡raro producto hoy, en este país!), un entorno mínimamente seguro para sus aventuras y la esperanza razonable de que algunos de sus intentos saldrán bien. No hay que decir amén a todo lo que propongan, pero sí ayudarles en la creación de ese entorno que facilite que volvamos a crecer».