Bloomberg anuncia que Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal norteamericana, ha recibido un suspenso en una valoración acerca de los presidentes de los bancos centrales de los principales países (ver noticia aquí, en inglés). Claro que la metodología del estudio no merece mucha confianza.
El lector recordará el chiste de aquella persona muy fea, con cara de caballo, que se lamenta con un amigo de que, unos días antes, en un hipódromo, un jockey saltó sobre sus espaldas y le golpeó con el látigo para que corriese. «¿Y tú que hiciste?», le pregunta el amigo. «Hice lo que pude, llegué el tercero», contesta el feo.
Bernanke también hace lo que puede. Le han encargado una tarea imposible: reanimar una economía sobreendeudada y con problemas estructurales, como si se tratase de una economía sana, que sólo necesita un empuj0ncito monetario para reanudar un crecimiento sostenible. Pero ya se ve que el problema es otro.