Un reciente documento de trabajo del Banco de España («Una estimación del crecimiento potencial de la economía española», aquí, en inglés) explica cómo ha caído el PIB potencial, es decir, aquella tasa de crecimiento que podemos conseguir con los recursos disponibles. En los últimos años se han confabulado la caída del stock de capital (inversión reducida, y exceso de activos inmobiliario, no productivos a corto plazo), la de la población (menos inmigración) y la de la productividad, para reducir el crecimiento potencial al 1% anual.
El artículo es optimista, y espera llegar a tasas de crecimiento potencial del 2% hacia 2015. Nótese que es el crecimiento potencial: el efectivo se quedará, probablemente, por debajo, si no hay reformas y acciones decididas, y pronto.