Ayer participé en una sesión del Programa de Continuidad del IESE en Madrid, sobre «¿Saldremos de la crisis? Políticas y previsiones», con Juan José Toribio y Javier Díaz Giménez. Recojo unas (pocas) ideas de mi intervención:
- La recuperación económica se ha interrumpido, porque era artificial. Estaba basada en la medidas de estímulo que tomaron los distintos países en los años recientes, pero que no han bastado, como decía Juan José Toribio, para «cebar la bomba» y reanimar la demanda privada. Y, además, han tenido efectos perversos, como el aumento del déficit público y la crisis de la deuda soberana.
- No tenemos instrumentos de política económica capaces para reanimar la economía a corto plazo. Una rebaja de los tipos de interés del Banco Central Europeo no impulsaría nada, entre otras razones porque el problema que tenemos ahora es el excesivo endeudamiento de familias, empresas, gobiernos y bancos. Y cuando uno está demasiado endeudado, lo mejor que puede hacer es tratar de devolver su deuda, no gastar más.
- Y también falla la política fiscal, por el problema de la deuda soberana: al gastar más, los gobiernos han puesto de manifiesto que sus finanzas eran poco seguras; han subido las primas de riesgo, y ahora nadie quiere prestarnos.
- Falta unidad entre los políticos, a la hora de tomar medidas. En Estados Unidos, demócratas y republicanos andan a la greña. En Europa, los partidarios de la austeridad, liderados por Alemania, se oponen a los partidarios de que Europa se haga responsable de al menos alguna parte de las deudas de los países en dificultades. Y en España no lucimos mejores acuerdos.