Ese es el título de mi artículo en El Periódico de hoy (aquí). El lector ya conoce, probablemente, la tesis, porque me repito más que el pepino. Bueno, es lógico que me repita: cuando uno tiene una idea, suele ser muy difícil que se dé cuenta de que está equivocado. Además, aunque vivimos a un ritmo trepidante, los cambios relevantes son, de hecho, suficientemente pequeños como para no tener que revisar nuestros puntos de vista con frecuencia.
¿Qué dices en ese artículo?, me pregunta el lector. Léetelo. Pero, en definitiva, utilizo el símil del barco. Hace dos o tres años estábamos trabajando en el fondo de un barco, en alta mar, y descubrimos con horror que entraba agua en grandes cantidades. Lo que hicimos fue subir a cubierta corriendo. Esta fue la fase de entrada en recesión: freno a las inversiones, reducción de plantillas, abandono de proyectos,… y paro, pesimismo, desconcierto. Ahora hay muchas empresas que están en cubierta (otras siguen atrapadas en las bodegas, y es probable que mueran ahogadas por los morosos, la caída de ventas y las dificultades). Respiramos.
Pero en el fondo del barco sigue habiendo una vía de agua. Podemos tomar un bote salvavidas y huir del barco, pero ya se ve que el panorama no es muy atractivo. Quizás lo que procede es… volver a bajar a las bodegas, con un plan concreto (oído, puente de mando: hay que preparar un plan para tapar los agujeros), colaborando con otros muchos (oído, ciudadanos: todos hemos de ayudar en la recuperación) y con ganas.
ok bajamos a las bodegas a tapar los huecos, pero cómo? Ajsutes? cada vez que un gobierno hae ajustes? llso que sufren por esos «ajsutes» son los màs vulnerables. las políticas de estado tambièn deberían incluir un ajuste enel gasto público, no creen? aquellos diputados, congresistas y demás que tanto hablan de la Revolucón ciudadana 8 acá en mi país) que la patria ya es de todos, son los que están en el barco, y lo que saltaron? esperando venga alguien a rescatarlos? morirán en su intento por salvaguardar lo único que le quedaba?