James Purnell, que fue ministro del gobierno inglés, escribe un excelente artículo en el Financial Times de hoy («Memo to Britain’s top civil servant: strategy, please», en inglés aquí). Propongo que se convierta en lectura obligada para todos los gobiernos, de cualquier nivel; para todos los ministros y altos cargos de todas las administraciones, y para todos los políticos. Y para los dirigentes de nuestros sindicatos, y de nuestras patronales, y de las organizaciones de nuestra sociedad civil,… Y, si me permiten la exageración, debería incluirse en la preparación del acto en que se jura o promete el cargo.
La tesis es muy sencilla: necesitamos (los británicos y, sobre todo, nosotros) una estrategia clara. No un listado de docenas de acciones bonitas y deseables, sino unos pocos objetivos, claros, precisos, cuantificados en sus costes y en sus resultados: prioridades para nuestras acciones. Para ello hay que mirar al largo plazo. Sí, ya sé que las elecciones son cada cuatro años (o cada pocos meses, si contamos todos los niveles), pero ¿estamos eligiendo a ocupantes de sillones públicos, o a personas responsables de la marcha del país?
O sea, debemos escoger qué país queremos ser, dice Purnell: ¿un estado de bienestar como el sueco, una Irlanda de impuestos bajos, un Brasil creativo, flexible y desigual,…? «Los gobiernos británicos, dice, [o sea, los gobiernos españoles, catalanes, andaluces,… de cada pueblo y ciudad] deben establecer objetivos a largo plazo«, que las oficinas correspondientes deben «evaluar si son alcanzables. Los partidos de la oposición deben tener acceso a los funcionarios para desarrollar sus manifiestos. [Y] debe haber una revisión fundamental de la estrategia antes de cada revisión financiera» de los presupuestos».
Estimado Antonio,
Interesantísimo leerte… tengo que decir que tengo algo en común con los Gobiernos y es que no tengo ni idea de Economía… nunca me interesé posiblemente porque nunca creí necesitarlo… ahora, visto lo visto no me queda otra, pero confieso que empiezo a disfrutar de ello (empiezo a «engancharme» a tus artículos).
Me he leído cuidadosamente el artículo que aconsejas y no le falta razón… lo que parece mentira es que aún a estas alturas no sepamos que sin unos claros objetivos no se llega a ningún sitio y que, sin duda, es mejor tener uno claro que veinte «oscuros»… que además requieren un follow-up exhaustivo (padre del éxito) … etc. etc…
Como decía, no tengo ni idea de Economía pero alguna idea sobre estrategias y objetivos sí que poseo… (gran parte de mi trabajo se basa en eso)
y tengo la suerte de tratar a diario con personas muy formadas que dirigen empresas, de las que aprendo mucho… sin embargo constato cada día que lamentablemente un gran porcentaje se pierden en sus tareas diarias (o apagando fuegos)olvidando por completo esos «objetivos marcados»… luego vienen los «llantos»
Supongo que dirigir un país es lo más parecido a dirigir una empresa, con la única diferencia de que si no lo haces bien los «empleados» te «despiden».
Y mi pregunta es: con lo formadísimos que supuestamente están todos estos dirigentes… qué es lo que falla? no saben aplicar la teoría a la práctica? se les olvida la teoría? o la desconocen???
Gracias 🙂
Gracias, Rafi; ahora soy yo (y todos los que te leen) el que aprende de ti. Por cierto, yo no estoy tan seguro de que la formación de nuestros políticos sea tan excelente… Quizás sí en sus títulos universitarios, pero nosotros no pondríamos al frente de una empresa de 46 millones de clientes a alguien que no haya, digamos, fracasado unas cuantas veces en algún negocio…