Sigo dando vueltas a lo que he comentado en mis dos últimos posts, acerca del cambio de modelo de las empresas en sus relaciones con los gobiernos (Qué deben hacer las empresas hora, aquí) y de la Responsabilidad Social Corporativa también con los gobiernos (Demasiado celo por la RSE, aquí). Este tercer comentario tiene que ver con algo que leí el lunes (no me acuerdo dónde) que decía que, como ahora teníamos nuevo gobierno, había que exigirle una nueva manera de tratar los asuntos de la familia, de la educación, de la sanidad,…
Y se me ocurre el mismo argumento que he utilizado en los otros dos posts. Es muy legítimo que escribamos Cartas a los nuevos Reyes del gobierno, pero me parece que no les van a hacer mucho caso, si se limitan a ser listados de cosas que ellos, los políticos, deben hacer. Nuestras peticiones deben parecerse más a las subastas, en que decimos «quiero esto», pero añadimos «y estoy dispuesto a pagar tanto». O sea: señor Ministro, cambie la política respecto a la familia, pero sepa que nosotros estamos dispuestos a colaborar de esta manera y de esta otra. Me parece que esta va a ser la única manera de que nos escuchen.
Y no solo por una razón de eficacia, sino de justicia y de ciudadanía responsable.
Yo creo que ya estamos colaborando bastante, pagando ( de forma literal) todos los errores y malas gestiones de nuestros gobiernos y lo que nos queda.
Hemos pagado por adelantado y ahora les toca a ellos cumplir con las peticiones…