Hace unos días publiqué un post titulado «Farmacias en peligro» (verlo aquí), que ha sido contestado por unos cuantos lectores (en estas cosas, unos pocos hacen multitud). Les agradezco sus comentarios, y les doy la razón en algunas cosas, pero mantengo otras.
Les doy la razón en cuanto que la situación en que se encuentran es fruto de una actuación unilateral, injusta y probablemente ilegal de las Administraciones públicas, que no les pagan pero les exigen que sigan desempeñando su trabajo como si no pasase nada. Supongo que las autoridades dirán que no les queda otro remedio, que por algún lado han de cuadrar el presupuesto sanitario. Pero esto no quita ni un ápice a la unilateralidad, la injusticia y la ilegalidad de la acción.
Les doy la razón en cuanto que el sector se ha movido para diversificar y ofrecer mejores servicios a sus clientes. No todas las farmacias, desde luego: les puedo enseñar algunas que siguen ancladas en el modelo antiguo, quizás esperando la jubilación de su titular y un traspaso, que ahora puede haberse complicado. Apuntaba en mi post anterior, de todos modos, que aún hay muchas cosas que pueden hacer mejor, pero entiendo que esto depende más del sector que de cada establecimiento en concreto.
Y esto tiene que ver con algo que vengo repitiendo con frecuencia en los últimos días: los sectores deben cambiar sus actitudes hacia la sociedad y hacia la Administración. Mi referencia en el post de hace unos días a la actitud de los clientes de las farmacias iba por ahí: en caso de conflicto, el ciudadano medio no saldrá en defensa de su farmacia, aunque solo sea porque considera que ya saben defenderse ellas solas.
Moraleja: hacen bien en quejarse y protestar, pero les aconsejo también que vayan buscando alternativas a la estrategia del sector.
En ello estamos: cartera de servicios, ofrecer lo que necesite el cliente-paciente y hacerle comprender al paggador q no somos un proveedor+, sino parte de la red suya (entre otras cosas, pq aunque no nos pague, seguimos estando obligados por ley para dispensar a cargo del SNS.
Un abrazo, Antonio.