Os quiero informar del Comentario de la Cátedra del mes de noviembre, que podéis encontrar aquí. Se titula «¿Tiene su empresa una misión?». La pregunta es retórica: todas las empresas tienen una misión, aunque sea implícita, pero en muchos casos es una misión confusa, cambiante, un simple ejercicio de relaciones públicas o marketing, o la explicitación de su propósito de ganar todo el dinero que puedan. Pero también hay muchas que tienen claro lo que son y lo que quieren ser. A esas les llamo «empresas con misión«.
En el Comentario explico que la misión puede ser externa, centrada en quiénes son los destinatarios de mis bienes y servicios (qué necesidades quiero satisfacer y cómo), o interna, que es la internalización de la misión externa (cómo voy a satisfacer las necesidades de los que forman parte de la empresa, propietarios, directivos, empleados y, en algunos casos, también proveedores y clientes, precisamente en cuanto forman parte de la empresa, es decir, en cuanto contribuyen a la atención de aquellas necesidades de los de fuera).
Y pongo el ejemplo de una empresa, Medtronic, Inc., cuyo Presidente y Consejero Delegado, Bill George, recibió en 2001 un premio de la Academy of Management. Cita a Medtronic, entre otras empresas, no porque sea una empresa excepcional, sino porque supo elaborar en su día una buena misión, y vivir de acuerdo con ella.
Después de escribir el Comentario, tuve ocasión de discutir el caso de Medtronic, Inc., en sendos Seminarios organizados en Lismullin, Irlanda, los días 25 y 26 de este mes. Hubo una buena discusión, para entender bien por qué una empresa puede querer tener una declaración de misión, cómo elaborarla y, sobre todo, cómo puede servir para orientar y guiar la toma de decisiones en la empresa.