Un recordatorio breve de lo que podría ser una clase de economía, a raíz de un artículo en el Financial Times de hoy, titulado «Return of the credit crunch. Caught in the grip» (en inglés, aquí). Me quedo con un destacado del artículo: «Para ofrecer crédito, los bancos necesitan dinero». Claro.
Los bancos crean dinero (eso decimos los economistas) cuando el banco central les proporciona liquidez. Pero eso es el chocolate del loro. Si alguien gasta más de lo que ingresa (por ejemplo, una familia que compra una casa, o una empresa que amplía su fábrica, o un gobierno que tiene déficit público), el dinero sólo puede venir de alguien que gasta menos de lo que ingresa, o sea de un ahorrador. Los bancos españoles prestaron cantidades enormes a familias y empresas en los años del boom, porque ahorradores de otros países les hacían llegar su dinero.
Con la crisis, esa fuente de fondos se cerró. Ahí viene el credit crunch, la sequía del crédito que padecemos. Claro que sigue habiendo ahorradores por ahí fuera, pero ellos no quieren prestar a nuestros bancos, porque no se fían de ellos. Y eso es la crisis financiera.
Perdón por esta clase elemental (e incompleta) de economía. Pero vale la pena recordar de dónde vienen nuestros males. Entre otras cosas porque… hemos de tratar bien a nuestros bancos. Aunque no se lo merezcan (que algunos no se lo merecen). Pero son los intermediarios de nuestro crédito.