Ya lo sabíamos, pero es bueno que nos lo recuerden. Universia Knowledge @ Wharton dedicó hace uno tiempo un interesante comentario a un libro de Witold Henisz y Sinziana Dorobantu, titulado Spinning gold: The financial returns to external stakeholder engagement (ver comentario aquí, en español). El libro explica cómo los beneficios de la minería del oro no depende solo del tamaño de la veta, su localización y los costes de extracción, sino de cómo se gestionan las relaciones con los grupos de implicados, como las comunidades locales, los gobiernos, los reguladores, los líderes comunitarios y la sociedad civil.
Henisz hace una lista de buenas prácticas para las empresas que quieran tomar en serio la relación con el stakeholder:
- Cambiar la mentalidad de la empresa, de manera que todos los empleados entiendan la importancia del stakeholder.
- Se deben obtener los datos necesarios para dejar claro quiénes son los stakeholders, lo que desean, y quienes están vinculados con quién.
- Es preciso descubrir una manera de relacionar los datos con el desempeño operativo, integrando las informaciones a los sistemas de gestión de riesgo, en vez de tratarlas como una categoría a parte.
- Interaccionar con los stakeholders de la comunidad de manera genuina e imparcial; oír sus preocupaciones y formar conexiones, en vez de simplemente escribir un cheque.
- Se debe descubrir medios de difusión de las informaciones sobre la marcha del proyecto que sean confiables y transparentes.