El Comentario de la Cátedra la Caixa de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo del IESE de este mes tiene el mismo título (verlo aquí). Pretendo salir al paso de la actitud, muy frecuente en algunos ámbitos académicos, mediáticos y políticos y en algunas ONGs, de que las empresas son unas indeseables, que solo buscan ganar más dinero y no se preocupan de nada más. Puede que algunas actúen así, pero me parece que esto no vale para la gran mayoría de ellas, que no son instituciones filantrópicas, sino productoras de bienes y servicios para satisfacer necesidades.
Pongo en el Comentario un ejemplo: ¿encargarías a un zorro el diseño de un gallinero? Si yo fuese una gallina, no, claro. Pero, siendo el zorro experto en asaltar gallineros, sí que me interesaría conocer sus puntos de vista sobre la seguridad del lugar en que vivo. O sea: aunque las empresas fuesen unas instituciones nefastas, sería bueno escucharlas, porque su punto de vista sobre el funcionamiento del mercado de trabajo, el cambio climático o la creación de riqueza para la base de la pirámide merece ser considerado.
Y esto me lleva a otra conclusión: las empresas tienen responsabilidades que van más allá de lo que pasa puertas adentro de su planta o en sus relaciones con sus clientes. Responsabilidades sobre el funcionamiento del modelo económico y social. Y acabo recordando que hay grandes empresas que ven con muy buenos ojos que sus altos directivos «pierdan el tiempo» en esas cosas.