Josep Oliver incluye en su artículo de hoy en El Periódico («Pagar según se cumple», aquí) unas ideas que me parece que conviene subrayar. Explica que la calma que apreciamos en los mercados financieros no significa el fin de los problemas, sino, principalmente, el chorro de liquidez que soltó el Banco Central Europeo hace unas semanas, y el que anuncia para febrero. Por tanto, insiste, hay que seguir cuidando la austeridad. Y da tres razones para ello:
- No podremos ver muchas más inundaciones de liquidez como las mencionadas antes. Por tanto, o arreglamos pronto nuestros problemas, o no tendremos instrumentos para seguir aguantando.
- Los que él llama los intereses corporativos siguen vivos; la crisis no les ha quitado poder. Y menciona las huelgas de notarios, taxistas y transportistas en Italia, que podemos complementar con las de nuestros sindicatos del sector público aquí. Esto es lo que yo quería destacar en el título: hace falta, primero, mano firme del gobierno (¿la tendrá?) y segundo actitud decidida de la sociedad (¿estamos en ello?).
- Los demás países, empezando por Alemania, no están para tirar cohetes.
De acuerdo, pero echo en falta una razón a mi entender más poderosa: no se puede estirar el brazo más que la manga, porque el dinero (que sí es de alguien ¡CC no lo dijo a totas y locas!) al final no te lo presta ni la vecina de enfrente, ni el panadero de la esquina ni la banca del pueblo.
Digamos la verdad, no se constituyen más hipotecas porque bancos y cajas van entrando en razones y miran si razonablemente puedes devolver; va a irse a la calle otro millón porque pretender realizar trabajos que no sirven a nadie; porque se siguen inaugurando aeropuertos, aves, tren-tram, y no un sistema (por ejemplo) como el desarrollado por la multinacional sueca Roxtec, de sellado modular para cables y tuberías, incluidos los empleados para material rodante e infraestructuras ferroviarias, certificados por su resistencia al fuego, gas, agua, roedores, golpes, vibraciones, ruido y perturbaciones electromagnéticas, que simplifica el diseño, acelera el proceso de instalación, reduce el mantenimiento y permite adaptarse a futuras actualizaciones.
Mucho hablar de I+D+i … y después corriendo tras la subvención …