Tom Burns Marañón escribe «El presidente que vino del frío», hoy, en Expansión. Es un magnífico ensayo sobre el que será, por acuerdo de los partidos políticos, el nuevo Presidente de Alemania, Joachim Gauck. Burns recuerda a esas personas (Vaclav Havel era otro ejemplo) que han conocido los lados oscuros de la conducta humana, por sus años de experiencia en los paraísos soviéticos y, por tanto, que están curados en salud ante muchas de las tonterías que cometemos.
«Tantos años de bonanza, dice Tom Bruns, nos han preparado para cualquier cosa menos que para una buena dosis de austeridad y realismo (…) Los disidentes llegados del frío valoran con pasión el ejercicio responsable de la libertad individual porque saben lo que es no tenerla; abominan excesos, desprecian atajos, no soportan la cínica cultura de las corruptelas y abrazan con vigor el esfuerzo. Nos dan, con indudable autoridad, pautas de conducta que chocan con el relativismo reinante. Esto último les provoca, naturalmente, un rechazo absoluto. No les hables de equivalencias a quienes han conocido la tiranía y las miserias de la Stasi».
«Gausk fustiga el infantilismo izquierdoso como sólo puede hacerlo uno que combatió el socialismo real (…) Bauck sabe lo que es la grasa de un consumismo desaforado y el cáncer que supone para toda sociedad la renuncia a los códigos de una conducta responsable«.