Barry Eichengreen, profesor de la Universidad de California – Berkeley, publica sobre este tema (en inglés, aquí). Hay, dice, tres déficit de confianza en Europa. 1) Entre los ciudadanos y sus dirigentes políticos, porque estos no les dicen la verdad, y dicen hoy lo contrario de lo que, por oportunismo, dirán mañana. 2) Entre las naciones, porque nadie se fía de la buena voluntad del vecino. 3) Entre los grupos sociales de cada país, porque no están dispuestos a hacer sacrificios si los demás no los hacen, de modo que los demás no los hacen si los demás no los hacen, y así sucesivamente.
Recuerdo una historieta que leí hace años. El director de un call center comprobó que no había manera da atraer la atención de la gente. «Buenos días, esta es una encuenta para la empresa…»: y la gente colgaba. ¿Por qué? Porque les decían mentiras siempre. «Durará tres minutos», y duraba diez. Entonces, ese directivo empezó a llamar a sus colegas. «¿También a vosotros os cuelgan el teléfono?», «Sí, sí». «¿Y si probásemos a decir la verdad?», les proponía.
Moraleja: alguien tiene que tomar la iniciativa. ¿Quién? Tú y yo. No hay otro.