Al final son habas contadas. Quiero decir, no hay soluciones mágicas. Lo digo porque la prensa publica hoy la noticia de que «el Fondo Monetario Internacional recomendó ayer una quita de la deuda hipotecaria en aquellos países con elevados niveles de endeudamiento privado y severamente afectados por la burbuja inmobiliaria, como son los casos de España,…».
Interesante propuesta, si bien queda por concretar un detalle: ¿quién absorberá esa pérdida? Posibilidad número 1: los bancos. Claro que sus acciones han bajado ya un 70% desde el máximo anterior a la crisis, siguen teniendo cerrados los mercados de financiación, sus niveles de riesgo son preocupantes y necesitan urgentemente capital. ¿Pueden absorber esa pérdida? ¿No? Y, si lo hacen, ¿podrán reanudar pronto su ritmo de crédito? ¿No? Vale.
Posibilidad número 2: el gobierno, central o autonómico. ¿Tiene fondos? ¿Le prestan los mercados? ¿No? Vale.
Posibilidad número 3: la suspensión de pagos (sí, ya sé que no se llama así, es para entendernos): no pago más y se acabó. Lo que nos retrotrae a la posibilidad número 1, con la particularidad de que las familias morosas quedarán, probablemente, excluidas de los mercados de crédito durante un largo periodo. Vale.
Hay más posibilidades, claro, pero no son fáciles ni carecen de problemas. En todo caso, me parece que en todas estas cosas estamos mirando los problemas de uno en uno, y así nunca arreglaremos nada. Porque, como acabo de decir más arriba, el problema de las familias que no pueden pagar la hipoteca tiene que ver con el problema del paro, y con el problema de los bancos, y con el problema del déficit público, y con el problema de confianza en la deuda española, y con… Necesitamos alguien que piense en el conjunto de los problemas, porque la solución de uno puede ser -es, de hecho- el agravamiento de otro.
Lo que no podemos permitirnos es dejar a gente desauciada en la calle y con una deuda bancaria que no podrán pagar jamás por tres motivos:
Primero, dejas a la sociedad adormecida, en coma, sin capacidad de resarcirse y de emprender proyectos nuevos, ya que la deuda les estrangula.
Segundo, empujas a esa gente a la economía sumergida, ya que así evitan que el banco se quede con más dinero, lo que implica menos contribuyentes y más déficid.
Por último, esos créditos ya son morosos y deberían estar provisionados en el balance de los bancos, por lo que en mi opinión no debería afectar la solvencia del sector. Además tendríamos el problema concentrado en un único sector.
Estoy totalmente de acuerdo con la dación por pago en el caso de particulares.