Estaba alguien aparcando su automóvil debajo de una bonita señal de «prohibido aparcar», y se le acerca un guardia y le dice: «Aquí no se puede aparcar». A lo que contesta el conductor: «Pues bien que estoy pudiendo…».
No pensaba escribir sobre la nacionalización de YPF por el gobierno argentino, porque el chiste lo refleja muy bien. La entrada anterior de este blog, la del pasado lunes, explicaba precisamente que la economía no se entiende si la separamos de la política (y viceversa). Y de la ideología. Y de los caracteres de sus líderes.
La política: un gobierno con dificultades internas tiene que buscar soluciones, que, lógicamente, no serán racionales, ni prestarán atención a las necesidades del país. Esto vale para Argentina, pero también para España.
La ideología: si uno piensa que eso de la economía de mercado es un cuento chino, que las cosas salen a golpe de decreto y que no es verdad eso de que las acciones tienen consecuencias, entonces la decisión del gobierno argentino es coherente. Claro que luego se encontrará con los problemas, pero entonces ya buscará otro chivo expiatorio. Y esto vale también para nuestro país. Si uno lee a un conspicuo profesor universitario que razona que la solución para los problemas de España es detener el crecimiento, reducir la jornada laboral a la mitad y bajar los salarios de todos a la mitad, bueno, entonces la economía de la Sra. Kirchner le parecerá una maravilla.
Y acabamos en los líderes, claro. Acabamos en ellos, no con ellos. Lástima.
Es un buen punto Antonio, esto de las nacionalizaciones y el estatismo salvaje está siendo aplicado no solo en Argentina, si no también en menor medida en España.
Y muchos países en todo el globo están con estas actitudes.
Parece que nunca se aprende …