En medio de las discusiones políticas e ideológicas, quizás no nos demos cuenta de la cantidad de reformas, grandes y pequeñas, que el gobierno está llevando a cabo en España desde diciembre. Empezó con la corrección del déficit público, que tuvo que reemprender con los presupuestos para 2012 e incluso después y que, a la vista de los resultados, tendrá que seguir ajustando una vez y otra. Siguió la reforma del sistema financiero, o mejor, las medidas de emergencia para corregir la difícil situación de solvencia de la banca. También fue insuficiente, y esta semana ha tenido que dar un segundo paso. Y vendrán otros, claro. Esto no nos debe preocupar. Como ya dije hace unos meses, lo ideal es provocar un gran cambio inicial, que haga innecesarios los demás; pero esto no siempre es viable, de modo que… bienvenidos sean los reajustes posteriores.
La tercera fue la reforma laboral. Pero luego han venido otras muchas, unas ya desarrolladas, otras solo iniciadas o anunciadas. Estos últimos días, sin ir más lejos, la reforma del alquiler de viviendas, el fomento de la compra de viviendas a corto plazo y el endurecimeinto del castigo por delitos fiscales. Quedan por ahí la reforma de la remuneración de los directivos de empresas públicas y de bancos que han recibido ayudas del Frob, una reforma de la financiación de las infraestructuras, la de la administración pública (empezando por la eliminación de gastos repetidos entre entidades), la privatización de las televisiones públicas y de otras empresas, el plan de lucha contra el fraude laboral y de la seguridad social, la reforma sanitaria, la ley de emprendedores, la de los organismos reguladores, la energética, la ley de costas, el fomento de la investigación,…
Dos comentarios sobre todo esto. Uno: bienvenidas sean las reformas; no todas tendrán éxito, pero son nuestra única esperanza para la recuperación económica, cuando llegue. Otro: el gobierno debería contarlo, hacer más pedagogía, explicar los objetivos de todo esto y cómo irán encajando, unas reformas con otras, para el futuro de nuestra economía. Y repetirlo.
One thought on “Reformas, ¿qué reformas?”
Comments are closed.