Un nuevo argumento en favor de la cruzada atea que está ganando virulencia en los últimos años: el Creador construyó un mundo que funciona mal. En efecto, «el ganado también es culpable de la emisión directa de gases con alto potencial de calentamiento atmosférico, principalmente el metano antropógeno, que se libera debido al proceso disgestivo de los rumiantes, y el óxido nitroso antropógeno, que proviene del estiércol y su potencial de calentamiento es 296 veces mayor que el del CO2″ (no se pierdan la noticia aquí).
Bueno, a lo mejor el argumento no es muy útil, porque, aunque neguemos la existencia de Dios, las vacas seguirán ahí, y seguirán comiendo hierba y haciendo sus necesidades.
«La situación se ve agravada, dice la noticia, por el hecho de que el consumo mundial de carne aumenta a unritmo acelerado». La solución sería, claro, prohibir a los pobres comer carne; pero la FAO, de quien proviene el mensaje, se limita a recomendar «cambios estructurales en la industria», que mejoren la nutrición del ganado, el tratamiento del estiércol, ordenar el paisaje y mejorar los sitemas de pastoreo. No incluye recomendaciones a los redactores de noticias sobre el calentamiento global, sobre cómo dar un poco más de perspectiva y objetividad a sus afirmaciones.