Mi colega Alfredo Pastor escribió en el suplemento Dinero de La Vanguardia el domingo pasado un artículo titulado «De vasallos a ciudadanos«. Era una queja sobre los malos señores (políticos) que hemos tenido en nuestra historia de buenos vasallos (él dice que somos buenos, aunque reconoce que también nos hemos maleado). Y echa la culpa a los partidos políticos, tema que ya he desarrollado en otras ocasiones.
Pastor señala algunas de las corruptelas del funcionamiento de nuestros partidos: la fidelidad al partido (a menudo, a una persona dentro del partido), más que al Estado o a las instituciones; la falta de transparencia de los partidos; su manejo de las instituciones y las organizaciones, públicas o privadas, como si fuesen patrimonio personal suyo… Y de ahí se derivan algunas consecuencias: la falta de respeto de los españoles por esas instituciones (porque, dice, seguimos pensando que el poder real está en manos de los individuos); el control de esas instituciones por la maquinaria de los partidos, para su servicio, no (o no solo, o no principalmente) para el de los ciudadanos y el país,…
Pastor acaba invitando a los españoles a convertirse de vasallos en ciudadanos, asumiendo las responsabilidades que esto lleva consigo. Me parece bien, pero no veo cómo un conjunto de vasallos se vaya a convertir en ciudadanos de la noche a la mañana, salvo que haya una revolución, lo que debe empezar por alguien que aporte las ideas que sean capaces de aglutinar a esos ciudadanos. Cuando los ingleses se encontraron ante la tiranía de la monarquía, tenían algo que defender y alguien que aportaba las ideas (los parlamentarios y, en definitiva, los pensadores políticos). Y me pregunto: ¿qué podemos querer defender los españoles ahora? (ahora defendemos el estado del bienestar, pero ese lo controlan ya los partidos y los políticos) Y, ¿quién propone ahora las ideas liberales de los pensadores de entonces?
Absolutamente de acuerdo con Pastor en que somos vasallos, pero personalmente no tengo ninguna propuesta para pasar a ciudadano; evidentemente hacer de indignado no me parece una opción, aunque lo esté.
Hay alguien que propone cosas diferentes al discurso neoliberal repetitivo que nos envuelve, Vicenç Navarro, en su blog edita un libro que está circulando por la red: HAY ALTERNATIVAS. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España. No se si lo conoce pero, por lo menos muestra opciones y relata realidades, como que en este país el poder sigue en manos de una élite y la desigualdad crece, ¿qué opina?