Este es un tema al que vengo dando vueltas desde hace tiempo, y no encuentro la respuesta. Os lo propongo, por si tenéis algo que recomendar a nuestros políticos, empresarios y ciudadanos.
Hemos invertido en activos improductivos, o menos productivos de lo que debieran ser. Lo primero que se nos ocurre es pensar en urbanizaciones lejanas, que nadie comprará. Pero hay muchas más cosas: líneas de AVE que pocos usan, aeropuertos que no van a recibir aviones durante años… Las empresas, fábricas que no van a ser utilizadas durante tiempo. Y las familias, casas que no pueden pagar, coches demasiado grandes y caros…
Hemos invertido en todo eso porque, como dice la economía austríaca (no la de Austria país, sino la de la Escuela Austríaca), un tipo de interés demasiado bajo durante demasiado tiempo hizo rentables inversiones que dejaron de serlo cuando las cosas volvieron a su estado normal.
El problema es doble. De un lado, qué hacemos con esa inversión. La propuesta de que «ya que la tenemos, hagamos algo con ella» no es correcta, al menos en muchos casos. Los anglosajones dicen que «bygones are bygones», y nosotros que «lo pasado, pasado», o que «agua pasada no mueve molino». Hay que pensar hacia adelante, no quedarse enganchado en las decisiones erróneas del pasado. Si está ahí y no sirve, no sirve, y punto. Claro que podemos aguantar la urbanización unos años más, a ver si alguien compra un par de casas… Pero este no es, probablemente, el mejor uso de los recursos.
Pero entonces aparece la segunda parte del problema: está ahí, no sirve, pero hay que pagarla (en muchos casos, al menos). Y esto sí que no tiene fácil remedio: el refrán apropiado aquí es «a lo hecho, pecho». De modo que, a menudo, seguimos manoseando la inversión equivocada, para ver si nos ayuda a pagar nuestros errores pasados. Y esto tiene aún peor solución que la de antes. Quizás es cuestión de decisión. ¿O tiene alguien una idea mejor?
Antonio Argandoña es Profesor Emérito de Economía del IESE.
La deuda está allí y allí seguirá.
Las entidades financieras que no cobren sus prestamos y deban quebrar, ¡que lo hagan, ya!
Se necesita crear un entorno que facilite el crecimiento económico, la única vía para subsanar todo el desbarajuste.
¿Como conseguimos este entorno?
Necesitamos reformas en el país y en la UE.
-En primer lugar el estado debe decir la verdad. No hacer declaraciones que generan desconfianza, provocan el aumento de la prima de riesgo y aumenta de la financiación para realizar las inversiones necesarias que ayuden a «encender» el motor que representa el sector privado.
-El BCE debe ayudar directamente a las entidades financieras que lo necesiten y no deban quebrar. -Los activos del sistema financiero, sobre todo el español, deben ser valorados inmediatamente por auditores. Una vez se decida que bancos deben quebrar y cuales pueden ser rescatados, hacerlo. Los problemas de los bancos quedaran separados de los problemas del estado. Y el estado transmitirá confianza para poderse financiar a tipos «mas razonables». España es solvente a tipos «normales» los problemas del estado son principalmente debidos a que quieren «salvar» ellos a sus bancos.
-EL BCE debe garantizar la liquidez de la deuda estatal española una vez desvinculada la deuda de los bancos. El BCE podrá ganar dinero comprando deuda española.
-Se debe posponer los objetivos de déficit, sino, se dificultarán las inversiones a realizar, por sobrepasar puntualmente el nivel máximo de déficit acordado.
-Crear el marco adecuado para la generación rápida de proyectos, eliminando burocracia. De esta manera se cerrarán decenas de organismos, departamentos…y se despedirán a centenares de funcionarios, el trabajo de los cuales es absurdo, ineficiente e innecesario en muchos casos. Esto es necesario pero nada populista.
-Aumento del IVA y reducción del IRPF. Pagas por lo que consumes.
-Reforma laboral: fomentar la contratación y la movilidad laboral, reducir el despido.
-En el futuro próximo a nivel internacional, en la UE se debe convergir hacia la unión fiscal, para acabar (no ahora) emitiendo Eurobonos. Antes , en la actualidad, se debe crear el EUROPEAN REDEMPTION FUND.
-Reducir tipos de interés.
-Alemania debe aceptar de una vez por todos la posible subida de inflación, la cual no acabará convirtiéndose en la hiperinflación y crisis económica causante posible de la aparición del nazismo.
-Garantizar la salida de la Grecia de la UE.
No sabemos que sector o sectores serán el motor del crecimiento del futuro, pero el estado e instituciones internacionales deben crear el marco económico que el aumento de la producción, la creación de empresas, generar empleo…
A medida que vayamos creciendo las deudas del pasado se podrán ir subsanando ya que no pueden ser eliminadas en un abrir y cerrar de ojos.
El problema tiene doble vertiente como se indica en el articulo. La primera es el activo, activo sobrevalorado, iliquido y probablemente en muchos casos improductivo. Para ello, solo tengo una receta , imaginación, creatividad y tiempo. Esto duele, pero sobre todo porque estos activos son financiados en su mayor parte por pasivos ajenos. Aquí la receta es mas dolorosa, porque al final o no se pagan o se debe pagar con aquello que tenemos, trabajo y esfuerzo. Así que si seguimos en el euro, nos tocara trabajar mas y mejor.
La otra alternativa seguramente es mas incierta, descontrolada y dolorosa, que en estos momentos no se si hay alguien que pueda evaluar las consecuencias, un default y la salida del euro.
La economía se ajusta por cantidad (stocks) o por precio. Hay que «hacer los deberes» hasta llegar al tamaño de la economía que sea de equilibrio y de confianza. La volatilidad como constante solo favorece la especulación. Lo lógico será que los precios inflados se desinflen (muchos activos cambiarán de dueño) hasta encontrar un nuevo equilibrio. El crecimiento ilimitado demostró ser la fabricación de una utopía, que como tal solo fue un espejismo. Desempolvar las teorías de equilibrio, el concepto de contracción monetaria versus el de expansión ilimitada. Pero va a doler !!! Y si los pueblos no aceptan el realismo y siguen persiguiendo utopías, volveremos a repetir historias de violencia. Por supuesto que no lo estoy predicando a esto último.
La única solución es reequilibrar la deuda y aprender a invertir con la cabeza y consultar el bolsillo propio y no el ajeno.