Mis colegas Rafael Andreu y Josep M. Rosanas publican hoy enLa Vanguardiaun breve pero jugoso artículo titulado «De misiones, visiones y estrategias».
«La misión, dicen, debe ser una expresión global de a qué tipo de cliente queremos satisfacer qué necesidades. Para que quede bien definida, muchas veces debe incluir también alguna negación, explícita o implícita. Debe aclarar qué cosas no se quieren hacer, qué se va a evitar, o a qué no se va a dar prioridad. La misión de una empresa tiene poco sentido si no está llena de ‘para qués’. En las ciencias humanas, la intencionalidad es una variable absolutamente crucial para entender algo: y la dirección debe transmitir esta intencionalidad a toda la organización».
Es difícil decir más cosas con menos palabras.