Encuentro en MercatorNet la reproducción de un artículo de George Friedman titulado «Mercados financieros, política y la nueva realidad» (aquí, en inglés). Hay en él dos partes. Aquí me ocuparé solo de la primera y de los párrafos finales, en que el autor, un experto en inteligencia geopolítica, presenta una explicación del desconcierto de los mercados en la situación creada desde la crisis financiera que empezó en 2008. Friedman discrepa de la posición de losexpertos en finanzas que consideran que los mercados están ahora enormemente influidos por la política, con el resultado de que lo que pasa en los mercados es impredecible, porque la política es impredecible.
Friedman dice que no, que como toda acción humana, la política es predecible. No del todo, claro, porque ahí está la libertad humana, que cambia las acciones y los resultados. Pero sí en buena parte. (Bueno, lo de la libertad no lo dice Friedman, lo digo yo). El autor sostiene que los mercados siempre han estado interrelacionados con la política, al menos por una razón: las «reglas del juego» las dictan los políticos, no los empresarios ni los financieros. Por ejemplo, él hace notar que los mercados, tal como los conocemos desde hace siglos, se basan en el hecho de que en una sociedad anónima el riesgo que corre el propietario se limita al capital que ha aportado, y esto condiciona todos los resultados del mercado. Pero esa limitación la introduce la ley, o sea, la política, no el mercado.
Friedman hace notar que durante muchos años, los mercados florecieron en un entorno en que las reglas del juego no cambiaron, pero que esto cambió desde 2008. Por eso, dice, hacer negocio con las finanzas eshoy tan difícil. El inversor ordinario no tiene idea de lo que va a ocurrir, porque esto depende de un marco legal e institucional que los políticos están cambiando continuamente. Y los que juegan al high velocity trading, aprovechando diferenciales de precios infinitesimales, aaciertan cuando el marco de actuación es fijo, pero no cuando la volatilidad proviene de los cambios en las reglas del juego.
Por tanto, la conclusión de Friedman es que los financieros no saben cómo manejarse en un mundo cambiante, cuando ellos pensaban que el mundo estable y predecible de los años 1991 a 2008 era la regla, lo normal. Y les aconseja que cambien sus modelos y sus prácticas.
La parte del artículo que no voy a comentar aquí es una interesante discusión de si la política alemana es previsible o no. Y Friedman dice que sí, que hay que conocer lo que en otra entrada he llamado el «modelo alemán», a saber, la manera de organizar la economía alemana, y cómo esto condiciona el funcionamiento mismo de la Unión Europea y de la zona euro. Como toda interpretación amplia, la de Friedman es discutible, y quizás la discuta otro día, si tengo humor. Entre tanto, él hace una predicción, con la que estoy de acuerdo: Alemania no va a dejar caer al euro, ni va a permitir la salida de ningún país del área del euro, y va a tener que acabar asumiendo los costes de arreglar los problemas de la zona euro.