Estoy en Lima, invitado por el PAD, la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, para dar unas sesiones y seminarios sobre la ética en la empresa y la Responsabilidad Social (RS). Respecto de esta, se me ha ocurrido que hay seis argumentos o maneras de entenderla (probablemente hay más), no necesariamente incompatibles entre sí.
- RS correctiva. La empresa ha hecho cosas mal hechas, y la sociedad le reclama que no lo haga y que compense esos fallos. Por ejemplo, la empresa contamina, la sociedad se lo recrimina, y la empresa decide ser medioambientalmente sostenible; la empresa discrimina, la sociedad lo rechaza, y la empresa lleva a cabo un programa antidiscriminatorio de RS, y, al final, la empresa decide dejar de hacer cosas mal hechas (escándalos, corrupción, efectos negativos en el entorno), para lo cual pone en marcha un programa de RS. Hay una versión social de esta RS: la empresa debe escuchar y aceptar las expectativas o demandas de la sociedad; pero no es un argumento definitivo, porque no explica por qué las demandas de la sociedad han de ser aceptadas por la empresa. Y hay una versión moral, que me parece más sólida: la empresa tiene un deber ético respecto de la sociedad y de sus stakeholders, porque es responsable de las consecuencias de su comportamiento pasado y también es responsable de que no se produzcan esas consecuencias negativas en el futuro, con independencia de que se lo reclame la sociedad o no. Esta RS es correctiva, en cuanto que trata de corregir los posibles efectos negativos de sus operaciones (lo de «correctiva» no me gusta, pero ya me sugeriréis un adjetivo más apropiado).
- RS contributiva. Tampoco me gusta el calificativo, pero se refiere a actuaciones que contribuyen, que tienen efectos positivos en la sociedad, más allá de lo que es propio de la empresa: producir bienes y servicios útiles, crear empleo, etc.; más allá, por tanto, de lo que es el ámbito propio de la empresa. Por ejemplo, esta RS se produce cuando la organización efectúa aportaciones o acciones para la ayuda al desarrollo, la eliminación de enfermedades o la solución al hambre en el mundo. Tiene también una dimensión social: la sociedad pide a las empresas su ayuda, o las empresas se adelantan a esa petición; pero de nuevo esto no es definitivo, porque no está claro por qué la empresa debe hacer ese algo extra, lo que da paso al argumento moral: la empresa, como buen ciudadano, tiene que procurar mejor el entorno de la sociedad en que se mueve. Aquí se aplicaría la filantropía, por ejemplo, al menos en muchos casos.
- RS económica. Se aplica a las demás RS: ser responsable es rentable (el business case). Puede ser verdad o no, pero no cabe duda de que muchos proponen esta versión, o esperan que sea verdad.
- RS instrumental. La RS es un conjunto de modelos de gestión y/o de instrumentos (códigos, informes,…). Puede ser la consecuencia práctica de alguno de los otros argumentos (si quieres la RS, sea cual sea la razón por la que la quieres, has de utilizar esos instrumentos), o bien puede deberse a que la RS como modelo de gestión es «lo moderno», «lo que se lleva». Habitualmente, remite a la motivación económica: utilizar unos buenos instrumentos es rentable (aunque esto es muy discutible, si faltan otras razones).
- RS de buena dirección. Es la que pone en práctica el directivo que está convencido de que eso es lo que hay que hacer, porque la RS es la buena dirección, y un directivo responsable es un directivo excelente. Probablemente, no la llamará RS, pero lo será.
- RS identitaria. Responde preguntas sobre qué tipo de empresa queremos ser, cuál es nuestro papel en la sociedad, cómo debemos relacionarlos con nuestros stakeholders,… Es, quizás, la versión de la RS de buena dirección aplicada a la organización en su conjunto, incluyendo, por tanto, la idea de que ha de ser compartida por todos, integrada,…
No me atrevería a afirmar que una de estas acepciones es la correcta; al menos desde el punto de vista descriptivo, todas lo son. Desde el punto de vista normativo, la empresa debe ser responsablecon los argumentos primero, segundo, quinto y sexto. También es probable que adopte varias formas a lo largo del tiempo: que empiece respondiendo a las quejas y demandas de la sociedad, y que acabe siendo una buena forma de gobernar y de mostrar la identidad de la empresa.
Si traigo todo esto a colación (y es solo una primera aproximación de lo que me ha traído a Lima), es porque usamos el mismo lenguaje para referirnos a realidades distintas, de modo que una no resulta incompatible con la otra, y a menudo una potencia a la otra. En todo caso, cuando hablamos de RS deberíamos preguntarnos: ¿a qué RS nos referimos? De otro modo, la confusión esá servida.
Totalmente de acuerdo con el Prof. Argandoña y yo añadiría una más, y no por capricho, sino por convicción; la RSC Ejemplarizante: Debemos buscar buenos casos de empresas (PYMES y grandes) que practiquen la RSC de manera habitual y cotidiana y logren altos niveles de Rentabilidad, Responsabilidad y Reputación. ¿Qué hacen?, ¿qué consiguen? y ¿cómo lo consiguen?