Un breve pero jugoso artículo de mi colega Sandalio Gómez en La Razón de hoy, titulado «¿Somos conscientes de la situación?» (aquí). «Hay que preguntarse, dice, si no es hora de que despertemos del sueño que vivimos en la ‘década prodigiosa’, del 97 al 2007, y pagar las alegrías de entonces (…) El espectáculo de ver a cada cual haciendo la guerra por su cuenta, con unos sindicatos lanzados al monte, como si no fuera con elllos los problemas, junto a unas empresas más preocupadas por no desaparecer que por arrimar el hombro en la búsqueda de soluciones, resulta descorazonador».
Coincido con él. Es verdad que hay muchos que no son conscientes de la situación en que nos encontramos, que piensan que eso de los ajustes son manías de un gobierno ultraliberal (¿»ultraliberal» el gobierno de Rajoy? ¡Anda ya!) para desmontar el Estado del bienestar y perjudicar a los ciudadanos; que creen que alguien se ha quedado con el dinero que no les llega a ellos y que, por arte de magia, todo esto cambiará dentro de poco.
Pero me permito ir un paso más allá. Hay muchos que saben lo que nos pasa, pero que prefieren echarse al monte, como dice Sandalio Gómez, a ver si son otros los que pagan la factura. Si no, que se lo pregunten a los huelguistas del transporte de ayer, que protestan contra los planes de privatización de Renfe. O sea, que defienden su cocido: privaticen lo que quieran, vienen a decir, pero no toquen mis privilegios.
Con todo el respeto debido a su posición, me atrevo a sugerirle una reflexión sobre su propia óptica de observación de estos problemas. Quizá tenga un sesgo pro-sistema (sistema capitalista entendido a lo IESE) que no le permite observar lo que otros, desde diferentes ópticas observan. Sus textos parece que echan casi toda la culpa del desastre actual a una desmedida política social de gobiernos anteriores, naturalmente, socialistas. Pero la crisis que estalló en el 2008 no hay nadie que se atreva a negar que surgió de una burbuja especulativa en un sistema financiero a la que la politica desencadenada por la revolución conservadora (Thatcher Reagan) había «des-regulado» totalmente. El valor nominal gestionado en ese sistema había alcanzado los 150 billones $ mientras que la economia real, la productiva, era un tercio de esa suma. Los gobiernos tuvieron que apoyar con enormes sumas a ese sistema, totalmente necesario pues sin crédito bancario no hay producción posible. No fueron las pensiones ni los seguros de enfermedad lo que desencadenó esta crisis. Y Vd. en sus documentos en este blog ni siquiera menciona este punto.
Como bien decía Heinz von Foerster, el problema del observador es que siempre tiene un punto o mancha ciega … y no ve que él mismo no ve todo (usando el simil al experimento visual tan conocido). Yo creo que ciertamente esta crisis, como una marea baja, desveló montones de irracionales gastos en las administraciones, falta escandalosa de eficiencia etc. en el Estado, pero la causa real de esta debacle está en el sistema financiero que en vez de comprenderse como instrumento para la producción de bienes y servicios llegó a verse como fin supremo de toda economia – todo apoyado en el dogma pseudo-religioso que arranca de «la mano invisible» de A. Smith — ¿por qué no se plantean revisar sus teorías económicas?
Me podrian indicar cuales privilegios? Entienden que si se pueden tocar y cuales no?
Es solo para saber y poder opinar.
Gracias
Hola desde México,
No es ningún alivio informar que en éstas latitudes
la situación no es demasiado diferente.
Sé que no trasciende lo indignante y vergonzante que
me resulta a mí identificar estas situaciones en
diferentes países. Pero supongo o deseo que al menos
alguien en el mundo sienta, como yo, que le hierven
las entrañas en aceite, al percibir el acre aroma de
fetidez a carroña y corrupción que este tipo de
fenómenos sociales desprende…
Ya sabemos que la solución esta en nosotros mismos, pero si ya es dificil que un individuo cambie de comportamiento y actitud, ahora planteemonos como una sociedad entera lo hará, y encima en el mismo momento y en el mismo sentido. Sinceramente, la ley de la gravedad dice que todo lo que sube al final cae, y en este sentido España ascendio a lo más alto y ahora nos toca bajar, mejor dicho caer. Nos guste o no.Creo que nos debemos preparar mentalmente para vivir otra decada, pero esta no sera prodigiosa
La verdad es que cada uno va a lo suyo hasta que luego les toca a ellos, entonces ya sí se quejan, como los funcionarios.