Necesitamos pensar fuera del marco, porque, si nos mantenemos dentro de él, entraremos en un loop sin salida. Sí, ya sé que es muy bonito proponer eso y no dar más ideas, pero… al menos eso es lo que se le permite al que escribe un blog.
Un ejemplo: el empresariado español está en crisis. Entre la crisis económica, las reformas a medio cocer, la gente en la calle, la banca con problemas, la posible ruptura de la unidad de mercado por la demanda de Cataluña,… las organizaciones empresariales no saben qué hacer. Claro: hay que romper el marco. Y es lógico: se han pasado décadas reuniéndose solo para quejarse del gobierno y para negociar los convenios colectivos y, cuando cambian las circunstancias, no saben qué hacer. ¿Qué tal si empiezan a pensar qué hacen, qué saben hacer, qué pueden hacer, qué podrían hacer con el mínimo de ayuda necesaria?
Otro: los sindicatos. Llevan décadas enrocados en sus posiciones de privilegio, defendiéndolas a costa de los parados, de los pagadores de impuestos y de las empresas. Sin duda, les falta imaginación. No saben hacerse las preguntas importantes: ¿dónde estará la economía española dentro de diez años? ¿Cómo puede evolucionar el problema de la deuda, de la ingente deuda de nuestro país? ¿Dónde están las ventajas competitivas de nuestra economía? O sea, ¿de qué vivirán los trabajadores españoles dentro de unos años? A partir de ahí, es posible hacer un planteamiento nuevo: en lugar de defender el crecimiento salarial para este año, quizás podrían empezar a preocuparse de los que no tienen empleo…
«Ya hacemos lo que podemos». No: hay que hacer otras cosas. «Es que los políticos no nos oyen». Claro, porque solo les pedimos que no reduzcan el gasto ni suban los impuestos. ¿Qué tal si fuésemos capaces de dar un paso al frente? Decir, por ejemplo: sí, yo soy también culpable de al menos una parte de lo que nos pasa, y estoy dispuesto a hacer esto y lo otro para ayudar al conjunto del país a salir adelante.
Somos un pais politicamente acabado