Leído en una carta al Financial Times del pasado día 16 de octubre: «El desendeudamiento del sector privado debe seguir su curso antes de que el crecimiento económico pueda despegar. Mientras tanto, de manera inevitable, el sector público deberá soportar la carga del proceso de desapalancamiento del sector privado [el autor de la carta se refiere a las economías inglesa y norteamericana, donde aún hay margen para que los gobiernos puedan meterse en aventuras fiscales expansivas]. Pero esto no significa que el gobierno pueda forzar el ritmo. (…) Hay que ejercitar la paciencia mientras el sector privado se deshace de sus deudas».
Me gusta el consejo, como ya he puesto de manifiesto otras veces. Y esto vale para todos: para los gobiernos que tienen prisa en volver a crecer como antes (lo que no es el caso de España), para los ciudadanos que tienen prisa en volver a consumir como antes, para los medios de comunicación que siguen pensando que ya deberíamos estar creciendo como antes, y para los mercados financieros que se ponen nerviosos porque el país no vuelve a crecer como antes.