ECODES pide que entidades financieras y poderes públicos garanticen que nadie se quede sin vivienda en la que dormir, comer y vivir (aquí). Me parece bien. El problema es cómo «poner patas» a esa aspiración para que funcione de una manera justa y eficiente.
Primero, justa. Recuerdo lo que me contó un colega del IESE que visitó Argentina unos meses antes de la crisis de 2001 y habló con sesudos economistas, doctores por las mejores Universidades norteamericanas, que le contaron que habían suscrito hipotecas en dólares para comprarse su casa y que, al decirles él que, si se depreciaba el peso (como ocurrió), tendrían que pagar cifras astronómicas, que excedían a sus posibilidades, le contestaron: Bueno, estamos muchos en esa situación, ya nos sacarán de ella. No sé cuántos se metieron en España en hipotecas que excedían a sus posibilidades, pero me parece que no debemos ayudarles demasiado alegremente. Entre otras razones, porque los fondos que vayan a ellos no podrán ir a otros que los necesitarán más, y que quizás no serán tan culpables de sus propios problemas.
Y luego, eficiente. Que, para mí, significa dos cosas. Una: que, al favorecer a los endeudados que están a punto de perder su casa, no estemos favoreciendo futuras «alegrías» por el estilo de las de los economistas argentinos. Porque, sin duda, este es un argumento que frena la atención de personas con necesidades extraordinarias.
Y dos, que no olvidemos un viejo axioma de la economía: se trata de utilizar el dinero de la mejor forma posible. Por eso, al atender a una necesidad concreta (los deshaucios, en este caso), no debemos olvidar otras necesidades (sanitarias, educativas, de tercera edad, etc.). O sea: compasión con los perjudicados, sí, pero con sentido común.
Muy Sr. Mío,
He llegado a este blog derivado desde idealista, pues nunca hubiese buscado su blog para leerlo.
Es altamente sospechoso y le quita a usted toda razón que en un tema tan delicado como este nombre Usted a un responsable, lo de «culpable» se lo dejo a Usted que parece que le va ese rollo obsoleto de la culpabilidad, y no diga nada de la responsabilidad de los bancos, eso habla por sí solo.
Obvia Usted mencionar, lo cual es muy reprochable, que se da la circunstancia de que muchas personas se metieron en hipotecas, no es mi caso pues vivo de alquiler, porque el banco les tasó la vivienda el doble o el triple de lo que valían entonces, les dió el 100% del precio de compra, siendo el banco el que sabía que se estaba en una burbuja que caería, que lo haría precisamente debido a su propia creación por los bancos, y además el banco lo hizo para obtener beneficios. Muchas personas pensaban en ese momento que mantendrían sus empleos, pues sin una nómina elevada no había hipoteca, y que podrían pagar su hipoteca.
Bien es cierto que de todo hay en la viña del señor, y hay personas que no se sostienen a sí mismas y pretenden que lo hagan las demás, pero lo que es aberrante es el doble rasero de rescatar a la banca con dinero público y no dar moratorias a las personas, y encima dejarles con una deuda de por vida en vez de la consabida donación en pago, cuando todos sabemos que el valor actual no es al que se tasó.
Eso no es compasión, es justicia, quédese con su compasión que nadie se la ha pedido. Las personas son responsables y no necesitan compasión, pero para ejercer la propia responsabilidad, todos han de hacerse cargo de su propia responsabilidad, y por ende lo que tendría que pasar es que el dinero que han recibido los bancos lo inyectaran en las personas y en las empresas que son las que mueven la economía, las que producen algo, cosa que no ha ocurrido ni ocurrira, porque los bancos no asumen su responsabilidad en este embrollo, y lo de la cátedra libre lo creerá usted en sus sueños, pero cuando se acuesta por la noche usted sabe a quien debe su jornal y cómo debe cuidarlo y como no debe ponerlo en peligro, que no hemos nacido ayer.
Usted bien sabe que los bancos tienen mayor responsabilidad que un ciudadano de a pié porque son los que han montado el tinglado y porque sabían y en todo caso debían saber que no debían dar la hipoteca, así que no insulte usted a nuestra inteligencia.
Finalmente decir que el sistema está viciado de base, porque desde cuando es justo que una vivienda cueste a partir de 200.000 Euros? cuando todos sabemos que hacerla no vale ni el 20 % de su precio de mercado? desde cuando es justo que una persona tenga que invertir toda su vida para pagar una vivienda para que alcaldes y bancos que son los que las construyen se enriquezcan a manos llenas? Todo humano debería tener un sitio donde caerse muerto por el hecho de nacer en este planeta, pero lo cierto es que el monopolio de la tierra lo tienen unos pocos, es aberrante que mucha gente deba hipotecar su vida para tener un techo que podrían construir con sus propias manos si les dejaran, es aberrante el negocio que unos pocos tienen montado con la vida de unos muchos sostenido con la fuerza de las armas. Hay quien no puede pagar la hipoteca, pero todos los demás estamos igualmente jodidos, a no ser los funcionarios. He conocido a muy pocas personas en mi vida que no se quieran valer por sí mismos, que no quieran ganarse el pan con el sudor de su frente, son delincuentes de poca monta y estafadores de guante blanco, el resto sólo quieren vivir, y que les dejen hacerlo, pero no les dejan.
No sea usted «tan alegre» a la hora de difundir mensajes tan injustos y dañinos para la sociedad..
me parece que en este articulo se mesclan distintos aspecto de la economia actual, primero nada tiene que ver lo que sucedio en Argentina con lo actual de España, se señala una parte de un contrato de dos, recuerda que el banco se tomaba un tiempo en dar respuesta si se otorgaba o no, despues vuelbe usted con su fijacion con argentina,las futuras alegrias las celebraremos en plena calle con los desauciados con tarta y piñata y muy contento desoues de estar pagando veinte años perder la casa y quedarno una deuda, insensibiliada social en todo su escrito esta muy lejos de las relaciones sociales con fundamentoen
Según usted parece que el único culpable es aquel que no teniendo la preparación economica oportuna, se metio en deudas muy superiores a sus posiblidades economicas, bien por un momento de euforia economica global y empujado por las entidades financieres, que al fin y al cabo, solo buscan prestar cuanto mas dinero mejor, y a un interes mayor.
Donde esta la responsabilidad bancaria, de haber dejado el dinero irresponsablemente, sin mayor » castigo » que la de una indemnización millonaria a los ejecutivos que las firmaron.
Encima cierran sociedades, trabajadores al paro y todos los españoles tenemos que sufragar mediante rescates los bancos españoles, y pagar intereses por ese dinero que hemos solicitado a los mercados.
Aun así usted se atreve a decir, que la «culpa» es aquel que pidio mas dinero del que podia pagar, y se olvida del que lo presto para lucrarse, que responsabilidad le ponemos a los que lo prestaron, que cobran lo intereses por anticipado, mediante el sistema frances, luego embargan, piden rescate a un interes bagisimo y por ultimo vuelven a vender la casa sin saldar la deuda anterior, y hacen el negocio por duplicado.
Que irresponsabilidad por su parte, no tener un poco de sentido común y dejar las responsabilidades en tablas, dacion en pago seria lo justo, así seguro que los bancos no dejarian el dinero tan a la ligera, ya que ellos tambien deben de tener su parte de responsabilidad.
El «castigo» al banco es el propio impago. Los bancos españoles pidieron ingentes cantidades de dinero para poder prestarlo luego a los compradores de viviendas. Esos compradores no pagan, pero el banco tienen que seguir pagando a quien le prestó. No obstante, estoy de acuerdo en lo lamentable de los rescates bancarios. A más de uno se le debería dejar caer. Y si no se le deja las condiciones de la intervención tendrían que ser draconianas.
Yo fui prudente. Los bancos me ofrecían dinero, pero yo en uso de mi libertad lo rechacé y he vivido de alquiler. Me niego a que ahora se use mi dinero para salvar irresponsables, sean bancos o particulares.
¡Como oculta el plumero este señor, Antonio Argandoña, que salva a los bancos!. No podría hacer otra cosa, si se sabe algo que no dice ; dice que es economista, pero no dice que es de la cátedra » La Caixa»; con esto ya está dicho todo; Abrirá en Jaén el próximo dia 16 el VI Simposio San Josémaría; para más señas, Opus Dei. ¿Por qué no dan su opinión a pecho descubierto?
Editor de MÓN EMPRESARIAL. Sr argandoña no pretendo dar lecciones a nadie de RSC , tampoco de ética y mucho menos de objetividad ante este problema tan complejo. Pero ?Es oportuno abordar la cuestión desde su cátedra RSC «La caixa». Perdone pero sus muy interesantes opiniones tienen infinitos temas en los que aportar sus análisis con la imparcialidad que requiere su prestigio.
Gracias, Joan. La Cátedra es responsabilidad mía, yo soy quien la dirige y quien toma las decisiones; no actúa al dictado de nadie.
Exactamente, mucha gente se metió alegremente y muchas veces empujados por los mismos bancos, en hipotecas que excedían de sus posibilidades y ahora no pueden pagar. Otros muchos ponderaron mejor su probable futura evolución financiera, y prudentemente optaron por vivir en alquiler.
Está muy bien que se busque una solución para los primeros, pero del problema de los segundos no se oyen tantas voces. Extraño, ¿no le parece?
Se supone que el que se embarcó en una hipoteca tenía más posibilidades económicas y veía su futuro más claro que otra persona que o bien de entrada ya no podía afrontar el pago de una hipoteca y/o no veía despejado su futuro económico y optó por el alquiler.
En muchos casos, no todos, estamos atendiendo sólo la falta de prudencia (que Vd. sabe mucho de las virtudes).
¿Quién habla de las familias que por el paro, la crisis y todas las visicitudes que estamos sufriendo no pueden pagar el alquiler y también los están desahuciando? ¿No necesitan, como los hipotecados con problemas, una vivienda en la que dormir, comer y vivir -y sufrir- ?
Afectuosos saludos.