Encuentro un interesante artículo de Richard B. McKenzie sobre las palomitas de maíz (aquí, en inglés), un producto que, si la recientemente propuesta ley de reforma de la agricultura norteamericana acaba siendo aprobada, será objeto de un subsidio por parte del gobierno. El subsidio se dirige a reducir el coste de los seguros de cosecha y a la promoción de las exportaciones. La cifra será pequeña, según el artículo, del orden de 100 millones de dólares durante 10 años (la producción de maíz para palomitas es solo el 0,1% de la producción de maíz en Estados Unidos), pero al contribuyente no le agradará que sus impuestos tengan que cubrir una partida más, en momentos en que el déficit público ya es muy alto. Y, sin embargo, como lo que paga cada uno es muy poco, nadie saldrá a la calle a protestar. Y como lo que cobran los productores de maíz para palomitas es una cifra respetable, seguirán presionando para mantener y, si es posible, hacer crecer el subsidio.
McKenzie señala que, desde los años 90, existe un «US Popcorn Board», creado porque «el maíz para palomitas es un alimento importante, que tiene valor en la dieta humana». Y, claro, la existencia de un lobby oficial, creado dentro de la estructura del gobierno, acaba produciendo resultados: una transferencia de fondos del pagador de impuestos al propietario de tierras y al agricultor, y más tarde probablemente también a los proveedores de esos empresarios agrícolas.
McKenzie, como buen economista, explica los efectos de esa medida. Al final, unos pagan y otros cobran. Lo que se suma a otros muchos subsidios agrícolas (y no agrícolas) ya existentes. Porque, al final, ¿por qué excluir a los del maíz para palomitas, si otros muchos se benefician también?
McKenzie se pregunta también sobre la ética (kantiana) de esos subsidios: ¿es conveniente generalizar esa medida a todos los mercados y a todos los productos? La respuesta es, obviamente, que no.
La verdad, las palomitas de maíz que pueda consumir yo en Estados Unidos no me preocupan mucho. Lo que me preguntaba, al leer el artículo, es: ¿cuántos subsidios de estos tenemos en España? ¿Y cuándo empezaremos a pedir que se utilice la podadera? Una buena manera de empezar a hacerlo sería exigir que una web pública contenga un listado de todos (todos, insisto) los productos y servicios subvencionados en España, con el coste que suponen para el contribuyente.
Lo importante es verificar que el subsidio funciona, si solo sirve para enriquecer a quien no debe, el servidor debe ser ejecutivo y no burocrata y cerrar el subsidio en el momento inmediato posterior.
Pero si los principales están subvencionados al 80%, al 90% o al 100% … enseñanza obligatoria, universitaria, doctorados … sanidad, una gran parte de los medicamentos … renfe, aena, …
Pero si hablas de «ajustar» un 1% y nos tiramos al cuello …
¿Pero no éramos ciudadanos de una aldea global? ¿Dónde quedó aquello de la alianza de las civilizaciones? ¿queremos que los chicos/as se queden a vivir en la calle de al lado para sacar a pasear a los nietos? ¿pero es que el bisa de nuestro bisabuelo no recorrió el camino español? ¿pero es que no somos de aquellos caseríos donde nacieron las madres de Blas de Lezo, de Juan Sebastián Elcano, de Lope de Aguirre, de Cosme Damián Churruca o de Juan de Garay? ¿Nos hemos vuelto de pueblo o qué, pues? Me da que sí. Qué diría la izquieda plural abertzale ante la última arenga de mi contrapariente donostiarra Oquendo: “Quien no ve la hermosura que tiene el perder la vida por no perder la honra, no tiene ni honra ni vida. Si Dios fuese servido que en esta ocasión la perdamos, moriremos en defensa de la fe católica, por el crédito de nuestro príncipe y por la reputación de nuestra nación. Espero que habremos de salir bien de este empeño y así no os espante el número, que cuantos más fueren, tendremos más testigos de nuestra gloria. ¡Santiago y a ellos!”
No es cuestión de Joseph S o de Paul K vs F Hayeck, la cuestión es … otra.
todo subsidio es pagado por todos,alguien paga, un sudsidio bien dado , con resultado y efecto social , es bueno y debe ser una muleta mientras se recupera el caminar bien y solo , por lo tanto debe ser administrado, supervisado y guiado en supéracion del problema , lo de palomita de maiz , habla de sudsidio sin efecto social, dirigido al final a los laboratorios que proveen fertilizantes y no al publico en general, este ejemplo creo que lo toma como un espejo de dar transparencia publica , ojo no quitar , los subsidios del estado español, solo despues de ver su uso se puede juzgar su utilidad , efecto social y beneficio, pero la transparencia es necesaria para saber a que, a quien , cuanto , como y para que ,uti a la sociedad a tiempo del temporal que significa endeudarse. atte alex