Cuando yo era un joven profesor de Economía, en mis clases ya aparecían con frecuencia dos temas relacionados con las políticas públicas: la distinción entre financiación y provisión de un servicio, y la cuestión de la motivación de los políticos y funcionarios públicos. Han pasado décadas, pero el debate sigue vivo.
Lo que motiva mi comentario de hoy es una reciente noticia en srnet (aquí), que titula «En medio de la vorágine hospitalaria, la ONU apuesta por la sanidad pública», y en la que critica que el gobierno español apoye una resolución de la ONU pidiendo la protección de la salud universal, al tiempo que privatiza los servicios de salud en España. Como si solo la sanidad pública garantizase la salud universal.
Vamos a la primera cuestión que he apuntado más arriba. La salud puede ser universal por su alcance y su financiación, pero su provisión no tiene que ser necesariamente pública. La ley puede mandar que todo ciudadano tenga acceso a los servicios médicos, del nivel y calidad que se establezca, pero no importa que el médico que lo atienda o el hospital al que acuda sea público o privado. Y la ley puede decidir que esos servicios se financien con cargo a los presupuestos públicos, total o parcialmente, sea público o privado el médico y el hospital. La razón para que el servicio lo proporcione una entidad privada o pública es otra: una razón de eficiencia y de coste.
Y entramos así en el tema de las motivaciones de los funcionarios y políticos. Suele afirmarse que un hospital privado reducirá la calidad del servicio para obtener beneficios. O sea, los profesionales privados carecen de la calidad ética y del profesionalismo de los servidores públicos o de los políticos. ¿De verdad creemos que esto es lo que ocurre? Parece que los propietarios privados tratarán de llevarse las rentas creadas en la producción de los servicios sanitarios, pero los funcionarios y los políticos no lo harán. ¿Seguro que no hay una apropiación de rentas por parte de los profesionales de la sanidad pública? Los de la privada no lo pueden hacer, porque hay un propietario que se lo impedirá. Los de la pública, ¿no estarán aprovechándose de que ese propietario es el que paga los impuestos, que no está en condiciones de oponerse a las pretensiones de los funcionarios y de los políticos?
La actitud del articulista que comento pesenta el conflicto como ideológico. Yo sospecho que tiene también un interés económico. No son incompatibles, claro: al final, uno acaba pensando como le conviene pensar.
Eso es sanidad = salud. Publica o privada pero que sea de calidad y sin peros.
Privado y publico, la salud es una necesidad sin opcion , no puede ser una cuestion de mercado,o de recursos debe ser una politica de acceso y financiacion constante, ahora de que odo implementamos ambos sitemas , los hacemos convivir en beneficio del mercado , el usuario decide donde ir , donde atrenderse y en quien confiar su salud , esta decision pasa a ser el cauce de financiamioento de ambos sistemas, si el estado abandona su rol en salud , abandona el destino de las personas , pero si el sector estatal sabe que su financiamiento depende de que lo elijan , alli su eficiencia mejorara , pero esa eficiencia debera ir acompañada con un pragmatismo en el costo de salud establecido en una tabla por año , por servicio,por especialidad y por tecnologia. es decir el rol estatal es ser dique contenedor de tarifas al mercado y el sector privado mejorar su calidad y servicio para poder cobrar un plus de diferencia , ante este hecho el estado es regulador, lo mismo en remedios , deben existir laboratorios estatales para proveer remedios al mercado sin abuso privado pero con autofinanciamiento del laboratorio en su rol social y la investigacion medica, farmaceutica debe estyar financiada por las universidades y ser sus descubrimientos adquiridos por el estado como patrimonio de la humanidad para su salud y bienestar , creo que no es uno u otro es ambos en pro de un servicio y de una financiacion con una presencia reguladora del estado en el mercado.