Empiezo aclarando que esta entrada puede molestar a algunos que piensan que todos nuestros males vienen de las conductas reprobables de nuestros banqueros y, por tanto, que entienden que «salvar a los bancos» es algo injusto. Y estoy de acuerdo con ellos, si entendemos que «salvar a los bancos» quiere decir salvar a sus directivos o a sus accionistas. Pero me parece que hay algo más en esto. Me anima a escribir sobre este tema la lacónica respuesta de mi colega del IESE, Eduardo Martínez Abascal, en una entrevista en el Diari de Girona del pasado 20 de enero: «El sistema financiero, dice, es a la economía lo que la circulación de la sangre es al ser humano. Si la sangre no circula, el individuo se muere. Igual en economía. Por eso es esencial que el sistema bancario funcione, esté saneado y preste dinero. O sea, sí que hay que prestar dinero a los bancos».
Un banco es una entidad que lleva a cabo una operación aparentemente sencilla: recibe dinero de unos, los ahorradores, y lo proporciona a otros, los inversores. Los primeros llevan su dinero al banco, en principio en forma de depósitos, y los segundos piden crédito a los bancos. Los depósitos son a corto plazo; gran parte de ellos se pueden retirar sin previo aviso. Los créditos, por el contrario, son a plazos más o menos largos. De modo que el banco recibe dinero a corto y lo presta a largo: esa es su peculiaridad, y eso es lo que hace importante su función, porque los ahorradores queremos liquidez (retirar nuestro dinero en poco tiempo y sin pérdida), y los deudores no pueden proporcionar esa liquidez.
Antes de continuar, hay que añadir otra manera de llevar dinero a un banco. En los años del boom inmobiliario, los españoles no aportábamos suficientes depósitos, de modo que nuestros bancos pedían crédito a otros intermediarios financieros (fondos de inversión, por ejemplo, u otros bancos, o fondos de pensiones, etc.), con garantía de los propios créditos que el banco concedía (de las hipotecas, para acabar pronto). Esos eran los famosos «mercados financieros» de los que tanto hemos hablado.
¿Qué quiere decir que un banco tiene problemas? Fundamentalmente, una de estas tres cosas:
- Sus clientes se llevan su dinero en cantidades masivas y sin avisar. El lector recordará la imagen de la cola de clientes de Northern Rock retirando sus depósitos hace unos años.
- Los otros que le prestaron dinero se niegan a seguir prestándole y le exigen la pronta devolución de sus créditos. Es lo mismo que el caso anterior, menos aparatoso, pero más peligroso, porque hablamos de cantidades muy elevadas.
- Los activos del banco pierden valor, porque sus deudores no le pagan, o porque le pagan devolviendo una casa que ahora vale mucho menos que la hipoteca todavía pendiente.
Los problemas de nuestros bancos vienen de la excesiva dependencia de esos otros prestamistas, los «mercados financieros». Cuando estalla la crisis financiera internacional y nuestros bancos se encuentran llenos de hipotecas que seguramente no podrán recuperar, sus acreedores dejan de prestarles y les exigen la devolución de su dinero. A partir de ahí surge la necesidad de ayudar a los bancos. ¿A los accionistas de los bancos? No: lo lógico es que esos accionistas pierdan el valor de sus acciones (bueno, la mayoría de los problemas estaban en las cajas de ahorros, que no tenían accionistas –y ahí puede estar una parte importante de sus problemas). ¿A los directivos? Tampoco hay que salvarlos a ellos: de hecho, algunos (no todos, es verdad) se encuentran en la calle, lo mismo que no pocos de sus empleados (algunos de los cuales deben tener culpa en lo que ha pasado, y otros no).
¿A quién se trata de salvar, pues? A los acreedores de los bancos. Primero, a los españoles que llevaron sus depósitos al banco (estos están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos). Segundo, a aquellos «mercados financieros» a que me refería antes. Pero, ¿es justo ayudar a esos señores? Bueno, puede que sí: detrás de un fondo de pensiones están los ahorros de los jubilados japoneses, por ejemplo. Por otro lado, nuestros bancos siguen dependiendo de esos mercados para continuar su actividad, y la evidencia de que, en caso de crisis, no se les trata bien, implica que no querrán seguir aportando su dinero a nuestro sistema financiero. Por eso, fundamentalmente, hay que salvar a los bancos. ¿Injusto? Puede que sí, pero, ¿se le ocurre usted una mejor solución a ese problema?
¿No sería mejor que cerrasen los bancos con problemas y que dedicásemos los fondos del salvamento a prestar a las empresas y las familias que lo necesitasen? Puede no ser una buena idea: los fondos que nos ha prestado la Unión Europea para salvar a nuestros bancos sirven para recuperar su capacidad de volver a intermediar entre ahorradores e inversores, incluyendo su capacidad de atraer fondos nuevos de aquellos mercados financieros. Sin ellos, la ayuda de la UE resolvería unos pocos problemas ahora, y nos dejaría sin recursos para el futuro.
Pero, ¿por qué no están prestando ahora los bancos ayudados? Pero ¡si están prestando! Al gobierno. Una parte importante del crédito que conceden consiste en la compra de deuda pública: el Banco Central Europeo les proporcionó grandes cantidades de liquidez a principios de 2012, para que ayudasen a la colocación de la deuda pública, en un momento en que nadie quería oír hablar de la deuda española. ¿Fue ese un buen uso del dinero del BCE, mejor que el crédito a las empresas y a las familias? Bueno, ¿qué le hubiese parecido una suspensión de pagos de las administraciones públicas españolas –algunas ya lo hicieron, parcialmente– hace ahora poco menos de un año?
Sí, estoy de acuerdo: la gestión de los bancos fue nefasta (pero no solo en España), y quizás muchos de sus gestores tendrían que estar entre rejas. Pero esto no obsta para que haya hecho falta dedicar una gran cantidad de dinero a salvar a nuestros bancos, porque con ello estábamos salvando a nuestros ahorradores, a la capacidad de volver a generar crédito en el futuro, a nuestros funcionarios, pensionistas y proveedores de las administraciones públicas y, en definitiva, a todos.
Querido Antonio : No estoy de acuerdo con lo que dices,primero; Los bancos son sociedades anonimas y responden solo con su capital, es decir que si entran en quiebra, deben terminar de ejercer còmo bancos si se retiran del sistema circulatorio, otros quedan y esos son los que deben seguir(BBVA) por ejemplos, ya que de esta manera, se limpia de los malos.Segundo , es increible que los desahucios, los bancos apliquen el valor actual de los bienes y no el que tenia cuando cerraron la operacion, eso es criminal, y el sistema lo permite, es decir a ellos hay que ayudarlos y a los otros a la calle con familia he hijos, 350.000 segùn la ùltima informacion.
El dinero Europeo,que viene ayuda a una empresa privada, cuyo peso recae en los propios cuidadanos es decir nosotros y me dira Ud. en donde esta escrito que una empresa privada reciba ese tipo de ayuda, cuando este esta enviando gente a la calle?
Lo justo es justo, si los bancos reciben ayuda, ellos tambien deben ayudar a los que no pueden, si se comprueba que esas familias no pueden pagar, ellos deben esperar, ya que han recibido un dinero que les tapa ese agujero, pero no ellos siguen con su politica, se aprovechan del sistema y siguen ganando dinero, no señor Argandona, en una sociedad enferma como es la nuestra, se tiene que salvar el cuerpo entero y no un brazo ,pues el cuerpo no sanarà si tiene un brazo bueno y el otro con gangrena.Un abrazo Fernando
Fernando: te contesto en otra entrada del blog. Gracias por tus comentarios.
En hora buena!. Te felicito por el trabajo y esfuerzo permanente. Ojala sigas adelante con tu blog! Muy interesantes y completos tus contenidos sobre economía, un tema que para muchos nos parece bastante complejo y que lo explicas de una forma sencilla que resulta al alcance de todos. Además muy interesante los comentarios que se generan de los cuales también se aprende mucho. Saludos
me nacen unas preguntas , el salvataje es para los ahorristas, pero porque no se aplica al consumidor afectado con destino social y bancario a la vez ,el mismo dinero que el banco recupera de este salvataje , tenga a la vez sentido social, cubrir el 70 % de las deudas de viviendas, con la condicion que el deudor asuma el 30 % , salvan bancos , no los premian,subsidian el adquiriente (sentido social) con el mismo dinero y permiten se recupere el 30 % de la cartera
creo que hay que redefinir la funcion social del banco, desde el punto de vista de depositario y de prestamista , agregarle algunos detalles legales, como por ejemplo, responsabilidad legal de funcionarios a cargo de analisis de credito ,aumentar la reserva fraccionaria aun 40 % ,y permitir solo un endeudamiento limite en sus activos propios y rentabilidad anual de 3 años , es verdad que inyectar prestamos genera un aumento de precios falso , los precios del mercado para un prestamo deben ser los propios del mercado sin esta avalancha de prestamos, precio real de una meseta standar en el mercado sin los estimulos engañosos de mayor poder adquisitivo de prestamos , ahora coincido plenamente,con juanma , no es posible que el consumidor saliera sin casa y endeudado y con la firma sin valor crediticio y los funcionarios y economistas a cargo de los bancos, siguen siendo los señores ejecutivos, sin la mea culpa de la realidad y el no pago de sanciones , eticas , penales o laborales , es injusto , o no ?
Pues estoy de acuerdo don usted, pero en parte.
Me gustaría matizar que hay que distinguir entre lo que es un depósito (yo te lo doy para su custodia) y una inversión. Está claro que el que deposita dinero no debería ser un cliente que exija rentabilidad, quizá exiga menos coste de los servicios. Pero nunca rentabilidad.
Y luego está quien exige rentabilidad. En ese caso estamos hablando de inversiones y las inversiones conllevan un riesgo.
Los fondos de inversión a los que se han dirigido los bancos son eso inversiones, independientemente de la categoria que tengan sean pensiones, capital/riesgo, inclusos las tan nombradas preferentes. Y como inversión deben asumir el riesgo, lo siento por el jubilado japonés.
Es más quien presta dinero tiene una responsabilidad: ¿a quien se lo presto?, ¿para que?, en fin una retahila de preguntas que los bien pagados analistas de riesgos deberían ser capaz de hacerse y luego cuantificar.
El ejemplo más grotesto y sangrante es la concesión de créditos de muchos miles de euros a personas sin ingresos capaces de garantizar la devolución y tener como avalista a los ancianos progenitores de esa persona con su pequeño y exigua pensión.
Quien ha prestado el dinero no lo ha hecho bien y ha sido también parte del problema. Por lo que debería renunciar a recuperar parte de la inversión, eso es simplemente la dación en pago.
Pero no, las cosas se están haciendo mal, rematadamente mal.
Primero los deudores no sólo se quedan sin casa si no que además deberán pagar de por vida una deuda que les impedirá volver a levantar cabeza nunca más. Inmoral, indecente…..
El resto de los ciudadanos deberemos financiar la pérdida de valor de esos activos (Rescate para crear el Banco Malo).
No ha habido un «Nurember financiero» que ponga a cada responsable en su sitio: cárcel, embargos, inhabilitación, a cada uno lo que se merezca
Es más, está pasando lo contrario, algunos de ellos siguen en bancos, en instituciones finacieras internacionales e incluso en gobiernos.
La cuestión no es si hay que salvar a los bancos, aunque hay otras alternativas. La cuestión es ¿debe recaer todo el peso en una parte?. Pienso que no. Pues bien, eso es lo que están haciendo. Y toda vez que están haciendo eso, el resto de argumentos queda hueco.
Estoy de acuerdo con ambos, creo que son anàlisis necesarios.
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Que «pringuen» los acreedores inversionistas y se salven los depósitos. ¿Qué juego es este dónde puedo ganar má de un 5% y no perder nunca nada? Supongo que se llama poder de negociación, y como España ahora mismo no tiene ninguno, y no quiere meter mano a la «casta», «burgesia» o demás personajillos que deberían estar en prisión… pues nada, se socializa sobre la clase media como otras tantas veces… y aquí no ha pasado nada… verguenza de pais.