Ese es el título de una entrada en un blog al que ya me he referido varias veces, ResPublica, un think tank británico. En esa entrada (aquí, en inglés), Matthew Groves, un ex-parlamentario inglés discute lo que considera algunos defectos de las propuestas legislativas del gobierno conservador sobre el matrimonio. No voy a entrar aquí en esas cuestiones, sino en una idea que me gustó, porque es una magnífica exposición de por qué necesitamos una institución como el matrimonio.
«El matrimonio, dice Groves, es la institución con la que la sociedad se encara con la diferencia de sexos y se hace cargo de los beneficios de la complementariedad». Groves menciona tres virtudes que el matrimonio promueve: mutualidad, fidelidad y complementariedad (y este tercera virtud hace referencia a la fertilidad). «El objetivo del matrimonio es llevar a los dos sexos a la complementariedad, con una elevada posibilidad de que acabe resultando en la concepción de hijos y a un entorno estable de vida». Y compara esa institución con lo que, según los planes del gobierno británico, sería una «asociación civil» (civil partnership) o matrimonio homosexual, que «establece relaciones de mutualidad y fidelidad; pero la diferencia clave es que esa asociación civil no se hace cargo de la diferencia sexual. Solo el matrimonio lo hace y es, por tanto, una institución exclusivamente heterosexual. Cambiar este trazo distintivo del matrimonio socavaría el modo como la sociedad singulariza el compromiso heterosexual que sustenta un beneficio fundamental para la sociedad: la familia biológica«.
Su conclusión es, pues, que hay varias instituciones que cumplen diferentes fines. Al menos dos de ellas cumplen las funciones de fidelidad y mutualidad; pero una de ellas cumple una tercera función, la complementariedad. Es lógico, pues, que se mantengan como instituciones separadas.
La entropía de Boltzman es una medida cuantitativa del desorden posible: si hay dos estados posibles y N agentes 2 a la N es el Nº de estados posibles. Cuando aparecen las restricciones (p.ej. las de Lagrange) transaccionales, la probabilidad de un estado está dada por la medida en que esa restricción imposibilita una transacción y eso se mide por la entropía (ruido de fondo) o desorden económico de donde se obtiene la estadística o distribución de Boltzman.
¿Cómo?
Como expongo en La Constante, los estados accesibles definen una estadística que encarece los costos si los estados no son posibles. Es la estadística de Boltzman, una que explica la entropía. Esta vinculación cuali-cuantitativa permite valorar escenarios cualitativos de una sociedad que intenta cuantificarlo todo. Lo triste, para ellos, es que deja ver claramente que factibilizar estados no posibles (hijos de homosexuales por ejemplo) exige elevar sus costos a casi 15 veces los de una familia normal.