Leo en un periódico de izquierdas español que en Venezuela hay un gran desabastecimiento de productos básicos, como café, leche, azúcar, aceite comestible, harina de maíz, medicinas… incluso de papel higiénico. «La revolución traerá 50 millones de rollos de papel higiénico. Vamos a saturar el mercado para que nuestro pueblo se tranquilice», declaró el ministro de Comercio. A lo que comentó una bloguera cubana: «Desabastecimiento de papel sanitario en Venezuela, lástima que no haya periódicos Granma [el periódico oficialista cubano] por allá, para usarlos en el baño como nosotros».
Las explicaciones que da el periódico español atribuyen la escasez a la incertidumbre política por la enfermedad de Chávez (supongo que las gallinas venezolanas no pusieron huevos debido a la enfermedad de líder, un bonito ejemplo de solidaridad política) y a que las elecciones «llevaron a postergar la adopción de decisiones económicas relevantes», como la entrega de divisas para la importación de primeras materias. Claro, un pequeño desajuste administrativo… Sin olvidar que «el presidente Nicolás Maduro se reunión esta semana con el empresario Lorenzo Mendoza, propietario de la principal productora de alimentos del país, a quien el chavismo siempre trató como un enemigo e incluso ha amenazado con la expropiación»: la revolución bolivariana ha descubierto, como el franquismo en los años cuarenta, que la culpa está en los intermediarios. O sea, en el capitalismo. Pero, claro, no saben salirse sin unos y otro.
Claro que uno se pregunta por qué los venezolanos tienen esos problemas de abastecimiento, que no existen en el resto del mundo, salvo Corea del Norte, Cuba y algún país. ¿Será que el mercado funciona, y los dirigentes políticos venezolanos no se han enterado?
Pues desde nuestra empresa http://www.lcpaper.net ya estamos suministrando papel higiénico a Venezuela. Suministramos grandes bobinas para que un cliente local las transforme en pequeños rollos. A lo mejor no es un problema de abastecimiento sino un problema local de control de precios. I si este producto no se produce en el país no puede tener un buen precio pues el transporte lo encarece de forma notable. El país con el mejor precio es el que tiene el mercado más transparente y competitivo, como Alemania. Los más caros son los que tienen una economía menos desarrollada. El mismo rollo higiénico en Sudàfrica tiene el doble de precio que en Mercadona.