La actitud de los españoles hacia las reformas es, de algún modo, ambigua: entendemos que no podemos seguir como estamos, pero no nos gustan las reformas que propone el gobierno –me parece que más por razones políticas e ideológicas, aunque también hay razones técnicas. El 27 de mayo, ABC publicó una entrevista con Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, que no añade ideas nuevas sobre las reformas que España está llevando a cabo o debe seguir llevando a cabo, pero nos permiten entenderlas un poco mejor.
«Las reformas estructurales, en la medida en que vayan en la secuencia correcta y estén acompañadas de otras adicionales, aumentan el crecimiento y la creación de empleo«. O sea, no debemos contemplar las reformas de una en una, porque unas potencian –o reducen el impacto– de las otras.
¿Cómo puede crecer España? «Mediante reformas, que son absolutamente indispensables (…) Siempre hay reformas por aprobar. Las reformas son una forma de vida». Entiendo que no quiere decir que hay que estar reformando siempre –esto sería algo de locos–, sino que siempre hay reformas que llevar a cabo. «Las reformas se den estar continuamente ajustando, monitorizando y adaptando«. Claro. En este país –y en otros, claro– lo único que nos preocupa es que una nueva norma aparezca en el Boletín Oficial del Estado; si luego se lleva a cabo o no, si sus efectos son los deseados o no, eso ya no interesa al gobernante.
«Lo importante es que en España se ha creado una cultura de las reformas«. Ya me gustaría ser tan optimista como él, aunque, sin duda, la actitud hacia ellas es hoy mucho más clara que hace un par de años. Pero queda mucho por hacer.
Sobre la reforma laboral: «Crear empleo continúa siendo demasiado caro». Esto lo venimos diciendo algunos desde hace años: no es cuestión solo de salarios (aunque también), sino de todos los costes: cotizaciones sociales, formación, despido (!)… La OCDE ha sido designada por el gobierno español como evaluador independiente de la reforma laboral, de modo que estos comentarios pueden ayudarnos a entender por dónde van a ir sus resoluciones.
Sobre la dualidad laboral española: «No hay un equilibrio razonable entre los privilegiados que tienen todos los beneficios sociales por tener un trabajo, y el resto, que tienen pocos o directamente ningún derecho. Y estos últimos, que están fuera del mercado laboral o están sometidos a contratos temporales y sin garantías, son los jóvenes en su mayoría».
«Una de las buenas medidas de la última reforma laboral ha sido la potenciación de los convenios de empresa, si bien no se han generalizado totalmente aún». Las rigideces laborales son un coste enorme del factor trabajo.
Austeridad vs crecimiento: «Es un falso dilema. La combinación entre austeridad y crecimiento es necesaria y no tiene por qué ser contradictoria».
Sobre la política fiscal: «El secreto del éxito está en encontrar el equilibrio entre subir impuestos y recortar el gasto público. También hay que eliminar los privilegios de los sistemas fiscales que están construidos desde hace décadas y benefician a algunos afortunados. Hablamos de gente poderosa, que levantan la voz de manera muy efectiva y tienen gran poder en los medios…».
Gran parte del problema es el «atornillamiento». Los que lo hacen mal están allí sentados y solo salen cuando renuncian o los tienen que renunciar. No quiero hablar mal de España. Es algo que pasa en todas partes.
El tema de la movilidad laboral ha sido estudiado muy bien, a mi parecer, por los japoneses Aoki y Yoshicawa.
Saludos.