Vuelvo sobre el tema de una entrada reciente (¿Bombardear Siria?, aquí), porque me ha llegado una artículo de Michael Ignatieff, un conocido estudioso canadiense, experto en conflictos políticos y militares, aparecido el 13 de septiembre en la New York Times Review of Books (aquí, en inglés).
Ignatieff señala que «es obvio que, al menos por ahora, los estados democráticos han fallado en su responsabilidad de proteger al pueblo de Siria», quizás, digo yo, porque estaban más preocupados por sus intereses que por la labor humanitaria de ayudar a los indefensos ciudadanos sirios.
Ignatieff recuerda que «la doctrina de la Responsabilidad de Proteger, o R2P, define la protección a los civiles como la única razón legítima para el uso de la fuerza, salvo casos de defensa propia», algo bien conocido en la ética tradicional, pero que con tanto utilitarismo y relativismo hemos ido perdiendo. Ignatieff señala que la legalidad de una acción directa en Siria no es posible, por la falta de aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Por ello, muchos dicen que el tema acaba ahí. Pero Ignatieff señala que legalidad y legitimidad no coinciden, porque «allí donde la ley prohibe, la conciencia aún manda. Lo que la ley internacional prohibe lo pueden mandar la paz y la seguridad. Lo que es legal no es siempre legítimo. Los que argumentan que la legalidad internacional es el sine qua non para la legitimidad de una acción en el escenario internacional ignoran que hay situaciones de extrema necesidad en las que la obediencia a la letra de la ley nacional o internacional puede estar provocando un mal mayor».
Para que un país o una organización internacional lleve a cabo una acción en otro país, Ignatieff señala que han de cumplirse unas condiciones: «se han usado todos los medios pacíficos sin éxito, se usa la fuerza estrictamente para proteger seres humanos, ese uso de la fuerza no provoca más males que bienes, y ofrece una razonable esperanza de que protegerá a los civiles de futuras amenazas». Son las antiguas condiciones de la «guerra justa» que, insisto, en un mundo en que lo legal se ha convertido en el criterio central de moralidad, se han olvidado.
Ignatieff va más allá en su análisis, y discute, por ejemplo, el problema de si hay que derrocar el régimen de Assad para evitar nuevos daños a la sociedad civil. En todo caso, señala que «de acuerdo con la responsabilidad para proteger, el simple «castigo» al régimen por usar armas químicas no tiene sentido».
He querido traer este tema a colación de nuevo porque sigue la confusión sobre las razones legales y legítimas para posibles acciones de terceros países en Siria (bombardeos, invasiones, separación de ejércitos, división del país, derrocamiento del régimen…). La ética parece no tener lugar en estas discusiones, pero sigue siendo, me parece, la mejor guía para acometer acciones difíciles, arriesgadas, pero justas y, a largo plazo, eficaces.
Disculpe profesor. Pero puestos a pensar mal, como sudaca que soy, creo que es más que por la venta de armas es por la ruta del opio y hashis.
Y lo peor es que los países que impulsan este tipo de ‘guerras’ e ‘intervenciones de paz’ son los primeros que no cuentan con un sistema ético y equitativo; que buscan siempre la ventaja. Esperemos que en este caso la comunidad internacional apele a la búsqueda de ética.
Estimado amigo, coincido en los principios basicos de vuestra exposicion, mas no en su contexto, estos mismos principios debieran haberse aplicado en irak,una invasion injustificada,destruccion de patrimonio fisico,fuerza externa para someter el estado de irak y para acrecentar sus discusiones tribales en ese desequilibrio de poder,alguien ha dicho lo mismo de esa ocupacion engañosa ,por parte de eeuu,de la obligacion en cuanto al sufrimiento del pueblo de irak con un invasor,nadie ha argumentado a favor del pueblo sirio y los mismos que llevan mas de una decada de conflicto injusto ahi, hoy argumentan ser defensores del pueblo de siria,con que confianza se les puede creer,con que parametros de buenas intenciones si hoy,despues de perseguir y pelear contra alqaeda quieren estar a la par de ellos para derrocar en siria al gobierno,ahora los actores mas impulsores del conflicto,son francia y eeuu.en siria no habria guerra civil si francia y la cia no aportaran armas a los opositores, si no hubieran mercenarios externos a un pais pagados con intereses externos,es triste ver la manipulacion del derecho,la matanza interna de un pueblo entre si,pero los carniceros intelectuales estan sentados en sus escritorios lejanos aportando desequilibrio de poder,siempre digo que una bala tiene mas poder que una constitucion,si alguien la otroga gratis da ese poder,que se logro, en irak, afganistan,en libia,perdida de recursos legitimos de sus pueblos,apropiacion por la fuerza de su equilibrio interno de poder y solo sufrimiento y destruccion,no es que lo etico quede detras de lo legal,los que expresamos en contra, solo queremos que lo legal exista sobre los intereses particulares o estrategicos,que predomine ante el error anterior y reiterado,es paradojico que la cia ayude hoy a alqaeda como oposicion a siria y su gobierno,los problema de cada pais deben tener solucion interna,no armas y apoyo externo para desestabilizar la poca legalidad sustentada en oposiciones y reyes sin democracia interna,creo que es mas importante que los delitos de lesa humanidad sean juzgados y perseguidos perse por la corte internacioal de justicia sin dilacion,asi se regulara por la ley y no por intenciones no claras,francia es el mayor vendedor de armas al mundo y detras eeuu, el mundo duerme desnudo en una tribu de canibales hambrientos de conflicto,de sanfre , de odio y de guerras, no caer en la inocencia de volver a creer en lo correcto y etico de un planteamiento que ha fallado antes al mundo y nmo ha hecho nada por reparar el error.
Muchas gracias por su análisis profesor. No sé si llamarlo, en mi lenguaje de eficacia, anacronismo o asincronismo o los dos a la vez.