La Vanguardia publicó días atrás en su Magazine una entrevista a Martha Nussbaum, profesora de Derecho y Ética en la Universidad de Chicago. Es reconfortante leer unas cuantas ideas interesantes, en medio de la mediocridad de muchas de nuestras noticias periodísticas. He aquí algunas de sus frases -y mis comentarios.
- Aristóteles: «Gracias a él aprendemos que los bienes humanos son plurales y no individuales». No sé si quiere decir que los seres humanos apreciamos muchos bienes distintos, o que nuestros bienes no los descubrimos mirando nuestro ombligo, sino mirándonos en los demás. Viniendo de Aristóteles, me parece que se refiere a esto último. ¡Claro! Hay demasiado individualismo en nuestras vidas. El bien humano se da en la sociedad y se entiende en la sociedad. De ahí pueden salir muchas cosas interesantes…
- Los mayores obstáculos del presente al desarrollo de buenos ciudadanos son «la avaricia, el miedo y el narcisismo. ¡Los mismos de siempre!».
- «Albergar la idea acertada sobre cuáles deben ser los objetivos de una clase política decente no provoca que estos florezcan por arte de magia. Alcanzar ese punto requiere competencia política, y la ética por sí sola no la garantiza». A partir de aquí podríamos escribir mucho. La ética tiene dos patas, que mi colega, el difunto profesor Pérez López, llamaba racionalidad y virtualidad. La primera se refiere a saber lo que es bueno, por qué es bueno, y por qué lo hemos de practicar. Esa es la ética a la que se refiere Nussbaum. La virtualidad es el desarrollo de las capacidades para actuar éticamente bien: las virtudes. Y ahí no basta saber: hay que saber hacer (otra vez la inteligencia) y querer hacer (la voluntad). No tenemos buenos políticos porque no sabemos ser buenas personas y, más importante aún, porque no queremos serlo. Todos, no solo los políticos.
- «La mayoría de las personas intolerantes albergan un gran número de creencias falsas, por lo que deberían empezar por informarse acerca de la historia de las principales religiones y de la variedad de modos de vida que cada una acoge en su seno». O sea, la intolerancia proviene de la pereza, de no querer enterarse de lo que piensan los demás…
- Y sigue Nussbaum: «Por descontado, también necesitan ser capaces de ver el mundo a través de ojos de personas muy diferentes. Esto no significa estar de acuerdo con todos o pensar que tienen razón; solo considerarlas en tanto que personas completas, poseedoras de los mismos derechos humanos básicos que uno mismo». Esto no se aprende en los libros, o mejor, no solo en los libros, sino en la familia (el padre o la madre que descalifica a alguien sin tener en cuenta sus razones), en la escuela (la tiranía de lo políticamente correcto)…
Profesor una vez mas lo ha bordado, excelente articulo como siempre y lamentablemente con esta frase suya que le copio a continuacion se podria definir la historia «Los mayores obstáculos del presente al desarrollo de buenos ciudadanos son “la avaricia, el miedo y el narcisismo. ¡Los mismos de siempre!”. »
Un articulo que me gustaría que aborde algún día es si que para que cambie la forma de gestión de empresas y gobiernos tenemos que cambiar primero nosotros o son los gobiernos los que deben dar el ejemplo y trasmitirlo a través de la enseñanza a todos los niveles, cuando dejemos de lado sobre todo la avaricia y el individualismo como personas y sociedad quizás las cosas sean diferentes, pero me gustaría leer su análisis al respecto.
Totalmente acertados los comentarios suyos y los de la entrevista, para mí. En efecto, JAPL decía lo de las dos patas y agregaba una tercera: la potencia afectiva. Pero el profesor Polo no la separó tanto sino que le llamaba «el verdadear de la voluntad» (voluntas ut habitus).
Gracias a ellos podemos salir del hoyo cavado por Heisenberg y Goedel. Se aprende más en estas entradas que en los libros. Gracias profesor. Y además … nos tiene al día.