Ya desde ahora quiero dejar claro al lector que tengo problemas, pero no tengo soluciones. Los problemas son tres. Primero: la tasa de crecimiento se está reduciendo en muchos países; por supuesto en Europa, pero también en Japón (mi generación aún recuerda los años del milagro japonés), en Estados Unidos (lo que ahora se considera un crecimiento bueno se hubiese calificado hace unos años de claramente insuficiente), en China (olvidémonos del 10% de hace unos años) y en otros muchos países. Algunos países aún muestran tasas elevadas, porque están en las fases iniciales del despegue, cuando es fácil crecer deprisa aprovechando su dotación de recursos naturales o de mano de obra barata, más los capitales y la tecnología que vienen de fuera.
Bueno, que la tasa de crecimiento se reduzca no es algo nuevo; lo venimos experimentando desde antiguo. La manera “tradicional” de crecer, vía mano de obra y capital, se agota, por la llamada ley de los rendimientos decrecientes: si no hay un pequeño “milagro”, cada nuevo euro o cada nuevo trabajador rinde menos que el anterior. El “milagro” se llama progreso tecnológico. Por tanto, aquellos países que están perdiendo capacidad de crecimiento ya saben que no podrán crecer a tasas muy elevadas, pero esperan que el “milagro” les permita mantener una tasa decente.
Pero aquí aparece el segundo problema: el progreso tecnológico no resulta favorable para la creación de empleo, al menos del empleo seguro , de por vida, con salarios altos y crecientes al que estamos acostumbrados (pero solo los que ya peinamos canas, y en los países occidentales). Por tanto, la expectativa de que podamos mantener un crecimiento decente no parece compatible con el pleno empleo .
Y aquí aparece el tercer problema: la desigualdad. Porque hay gente que se gana muy bien la vida, y otras que lo pasa muy mal, porque su empleo está ahora en Vietnam, o porque se lo ha comido un ordenador: hay algoritmos que suplen muy bien el trabajo de un analista financiero . Y esos empleos no volverán.
¿Qué podemos hacer? Si la causa de todo esto es una recesión temporal, lo mejor es esperar que el ciclo cambie. Pero me temo que no estamos ante un problema transitorio: es probable la expectativa que, cuando volvamos a crecer lo hagamos a tasas inferiores y la creación de empleo sea limitada . Y no podemos confiar en el progreso tecnológico, como ya he dicho antes. Ni en la educación, que se presenta como la panacea de todos los problemas laborales.
Claro que se puede intentar aislar el mercado de trabajo local de la competencia exterior y del progreso tecnológico, pero esto significa cerrarnos al resto del mundo y perder competitividad: los costes de esto serían excesivos, en un plazo corto. El declive de los sindicatos es una prueba de esto: mientras nuestros competidores están en el pueblo de al lado, los sindicatos son efectivos, pero cuando están en Indonesia, o están escondidos dentro de un ordenador, y nuestras empresas compiten con las de todo el mundo, el proteccionismo no funciona.
Queda la redistribución de la renta: salarios mínimos más altos, impuestos progresivos, un estado del bienestar más desarrollado… Bien, pero no me salen los números. Leí hace muchos años una historieta: en un país en plena convulsión social (probablemente España en los años treinta) se presenta un grupo en casa de un rico terrateniente exigiendo el reparto de la riqueza. El terrateniente está de acuerdo: tengo tantos millones, en este país hay tantas personas, luego tocan a tanto per cápita: aquí tienen su parte; buenos días.
Repartir la renta solo es una solución duradera cuando la renta puede crecer. Pero ya he mostrado mi escepticismo sobre las posibilidades de crecimiento de la renta en el futuro. Hace años las propuestas de algunos economistas de izquierdas eran: hagamos las reformas necesarias para que el producto interior bruto crezca, y llevemos entonces a cabo una redistribución, pero, eso sí, que no mate la gallina de los huevos de oro, es decir, que no frene el crecimiento económico. No funciona, lo siento.
Ya he dicho que no tengo soluciones. Pero definir bien el problema sigue siendo necesario.
Señor Argandoña:
Ojeando la revista Economistas nº 17, he visto un artículo suyo y le he reconocido inmediatamente. Dice usted en esta cuadratura del círculo… textualmente que «Pero aquí aparece el segundo problema: el progreso tecnológico no resulta favorable para la creación de empleo, al menos del empleo seguro , de por vida, con salarios altos y crecientes al que estamos acostumbrados (pero solo los que ya peinamos canas, y en los países occidentales). Por tanto, la expectativa de que podamos mantener un crecimiento decente no parece compatible con el pleno empleo .»
Pues resulta, que en septiembre del año 1977 opinaba usted justo lo contrario. En la Facultad de Económicas de Málaga actuaba usted como miembro del tribunal de reválida de Licenciatura, y yo Licenciado desde junio me presenté a las pruebas, eramos 6, quedamos 4 para la última prueba oral. El tema que me tocó era: «La Incompatibilidad entre Objetivos de Política Económica» Recuerdo que en mi exposición hablé, entre otras cuestiones, del denominado «Paro Técnológico» como un problema para la creación de empleo. Usted me hizo una dura crítica en el sentido de que no era ningún problema, que ese paro lo absorvería el sector Servicios, tras lo cual no aprobé esa última prueba. Me molestó mucho porque no estaba acostumbrado a suspender nada.
Le felicito por su evolución coincidente con mi opinión expuesta en el señalado año 1977. Comprendo que era usted muy joven, yo también, yo tenía 23 años 11 menos que usted, según creo. Probablemente recien Catedrático de Teoría Económica pensaría que se iba a comer el mundo.
Un saludo,
Juan Jesús Poussa Román
Doctor en Ciencias Económicas
Gracias por la reprimenda, Juan Jesús. Sí, me he hecho más viejo, y más escéptico sobre la economía, al menos como la entendemos los teóricos. Espero que no me guardes (demasiado) rencor.
Gracias por su rápida contestación. No le guardo ningún rencor, y le envío un cordial saludo.
Juan Jesús Poussa
El problema no es solo de España, no es algo que podamos solucionar de lleno en casa. Cada día el mundo esta más conectado, de muchas formas, y cada evento economice que ocurre en una región, como una bomba también afecta alrededor.
Que la tecnología quita trabajos a algunos es cierto, pero da también grandes oportunidades, he incluso crea nuevos sectores laborales. Renegar de la tecnología en el sentido que afecta a la economía es un gran error. Un ejemplo es el aún reciente (no más de una década) inclusión de sistemas operativos a los teléfonos dio como resultado los smartphones, que dan la oportunidad a millones de desarrolladores independientes a ofrecer sus creaciones.
Otro ejemplo son las ventas en linea, hay muchos ejemplos de como la tecnología impulsa la economía, y creo que aquellos sectores laborales afectados por un avance tecnológico, no son suficiente razón para renegar de las innovaciones, creo estas son oportunidades.
sincerar los numeros, no solo significa reconocer los costos, sino decidir en que nivel de calidad de vida,demanda mercado ,amplitud de demanda queremos vivir en una sociedad,si solo creemos en la comparativa de costos,comparando costos con paises sin derechos,nos condenamos a un declive permanente mientras la poblacion crece,si los valores de los productos, a nivel global incluyen una calidad de vida standar,similar en ingreso,salarios ,impuestos a inversion, en todas las naciones,como acuerdo de proteccion a los derechos ciudadanos,entonces en esa condicion plana de precios productos y salarios, tecnologia e impuestos de inversion,incluimos rentabilidad empresa segun demanda sostenida en poder adquisitivo,estamos asumiendo que con la globalizacion abierta el mundo es un pueblo,este pueblo aunque no tenga un gobierno central,debe sostener y decidir un nivel de vida para sus pueblos y para la rentabilidad de la inversion,sin matar a la gallina de los huevos de oros y sin esclavizar a costa de la gallina a los dueños del gallinero (los pueblos), y porque esta gallina venga de afuera mas barata , ese lado del pueblo afectara al resto de nivelando hacia abajo,para mi derecho de ambas partes es equilibrio,para mi la pugna historica es estupidez y falta de vision global de los gobiernos y sindicatos,que juegan cada uno en su patio,mientras un tsunami global de oportunidades y riqueza cambiante, cambia y mueve las costas economicas de las naciones y estas aun sin capacidad de adaptarse bien politicamente a los cambios,es como jugar un mundial pero aun estar pensando en las ligas inferiores,es hora de abrir la vision global politica y economicamente entre las naciones