Hay una manera equivocada (¿perversa?) de entender la Responsabilidad Social (RS) de las empresas: gana dinero como quieras, pero luego, eso sí, «devuelve a la sociedad lo que la sociedad te ha dado (o tú le has quitado)». La historia está llena de casos de esos, que utilizan la RS para «lavar la imagen» de empresas que actúan mal. La idea de que se puede borrar una falta con una compensaciòn posterior es una mala concepción de la virtud de la justicia. Porque, además, en el caso de las empresas, la compensación no llega al perjudicado, sino a otro, como recuerda a menudo mi colega del IESE, Rafael Andreu: estropeo el medioambiente de los vecinos de mi fábrica, pero luego planto árboles en la montaña, lejos del barrio.
El último ejemplo lo leo en la prensa de hoy, en que se relata que el gobierno de la Generalitat de Catalunya y el Partido Socialista han llegado a un acuerdo para aprobar el proyecto BCN World, que permitirá el desarrollo de un complejo de hoteles, casinos y tiendas, del que algunos esperan grandes beneficios. Pero, no se preocupe el lector, porque la RS está garantizada (incluyendo ahora la RS de los políticos).
Leo de un periódico: «en la protección de los menores aumentará el celo»: primero se les ofrecerá el atractivo, y luego se les impedirá la entrada (si lo del celo es verdad, claro). También se extremarán las medidas de control de acceso a las salas de juego, para que se identifique a todos los visitantes. Afortunadamente, también se exigirá un compromiso «por escrito de que se luchará contra el blanqueo de capitales». Una buena noticia, ¿no? Bueno, y se rebajarán los impuestos sobre el juego, porque, claro, hay que favorecer la llegada de visitantes; pero, no se preocupe el lector, porque se pedirá a las empresas que hagan «aportaciones» para compensarlo. Y, ¡bien!, habrá un fondo para combatir la ludopatía. Claro que todo el proyecto va dirigido a fomentar esta, pero, bueno, la RS se encargará de limpiar la imagen.
Ya he recordado otras veces que se puede gobernar de acuerdo con principios, o mirando solo los resultados (y no todos ellos, sino unos cuantos, los que interesan al gobernante o a los grupos de interés).
Muy buen articulo que pone el acento justo en uno de los mayores problemas de la sociedad actual.
He criticado desde hace tiempo, en mi ambito laboral, la utilización que hacen las empresas privadas de salud de la RS a manera de «propaganda», siempre con la mirada puesta en el lucro, y descuidando adrede las condiciones en las que los profesionales deben realizar su tarea, quitándole a la medicina su faceta más importante que es la humana.
Saludos desde Argentina.
M. Cifarelli
Felicidades Antonio por el artículo, estoy de acuerdo en tu análisis y, como tu, critico que algunas empresas utilicen la RS para lavar su imagen, porque la RS no es una cuestión de acción social, es una cuestión de estrategia empresarial global, de sostenibilidad planetaria y de legitimidad para operar en la sociedad.
Hoy, nada en la agenda mundial es más urgente que la responsabilidad social: según los últimos datos de la FAO convivimos con 840 millones de personas con desnutrición crónica, de los cuales, muchos son niños. Según UNICEF, cada día mueren 10.000 niños en el mundo por desnutrición y por falta de agua potable. ¿No les parece que esto es una vergüenza en un mundo capaz de producir y abastecer a todo el planeta?
Cabe esperar que los consumidores cada vez estemos más concienciados, a pesar de la manipulación encubierta a la que estamos expuestos por políticos y medios de comunicación y, que nuestras decisiones de consumo estén cada vez más vinculadas a criterios de buenas prácticas en la forma de hacer negocios y no en su acción social, que es la que publicitan.
Estemos atentos e informémonos de ello, recomiendo la pagina http://www.business-humanrights.org con un buscador por empresas que nos informa de sus comportamientos allí donde desarrollan sus operaciones.
Muchas gracias,
Un abrazo,
Pili Malagarriga